Durante los últimos años, el gobierno mexicano ha implementado una serie de acciones para atender la baja inclusión financiera del país. Algunas de estas políticas han sido promovidas a través del Banco del Bienestar, que ha construido más de 2,700 sucursales en las zonas más remotas.

​Pese a estas acciones, muchas personas, sobre todo las más vulnerables, siguen sin tener acceso a servicios financieros. De hecho, la crisis sanitaria provocada por la pandemia de covid-19 ha hecho evidente la necesidad de seguir impulsando políticas y acciones en conjunto con los sectores privados y sociales para cerrar la brecha de exclusión principalmente de las comunidades alejadas, los adultos mayores y las mujeres.

El bajo nivel de inclusión financiera en México no sólo es un síntoma de inequidad, sino también una barrera para el desarrollo económico integral del país. Sin acceso a servicios financieros básicos, los sectores poblacionales históricamente olvidados permanecen excluidos de oportunidades para el ahorro, la inversión y el crédito, factores claves para el crecimiento personal y comunitario.

​La tecnología ofrece la posibilidad de democratizar el acceso a servicios financieros, especialmente en zonas rurales donde la infraestructura bancaria es limitada o inexistente. Las plataformas y bancos digitales, así como las Fintechs pueden desempeñar un papel vital en ofrecer soluciones asequibles y accesibles, siempre que se les permita operar con las normas adecuadas. Para ello es necesario que el marco legal y regulatorio del país facilite la adopción de tecnología en el sector financiero.

El poder legislativo tiene un amplio espacio de acción en la materia. Hace cinco años se aprobó la llamada Ley Fintech. Sin embargo, ésta ha demostrado que no será suficiente para acelerar la digitalización del sector al ritmo que el país lo necesita. Lo que falta es un marco legal claro para dar certeza a la participación de más plataformas y bancos digitales, que promueva la innovación y materialice los beneficios potenciales de la tecnología en la inclusión financiera.

​Para abordar la digitalización financiera de manera integral, recientemente presenté en el Senado una iniciativa de ley que busca legitimar y fomentar otras figuras innovadoras que facilitan la inclusión, como los bancos digitales. Esta propuesta legislativa tiene como meta impulsar la oferta de servicios financieros mediante el uso de tecnologías avanzadas, lo que resultaría en una oferta más variada y apegada a los contextos y necesidades de las empresas y personas en México.

La iniciativa busca acelerar el número de nuevas plataformas, asegurando el cumplimiento de estándares rigurosos de seguridad, transparencia y protección al usuario, todo esto manteniendo la estabilidad del sistema y la confianza de los usuarios en estos servicios. Al eliminar barreras geográficas y facilitar la realización de transacciones económicas, la banca digital puede jugar un papel clave para incorporar a aquellos que han sido históricamente excluidos del sistema financiero. Igual de importante es garantizar la educación y la salud financieras de las personas; por eso, esta semana tendremos un evento en el Senado para discutir estos importantes temas.

En un mundo cada vez más interconectado, no podemos permitir que grandes sectores de la población queden atrás. Con el marco legal adecuado y la cooperación de múltiples actores, entre ellos el Poder Legislativo y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, los bancos digitales tienen el potencial de ser una herramienta poderosa para combatir la exclusión financiera y fomentar un desarrollo más equitativo y sostenible en México.

Senador de la República

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