Por Luis Jorge de la Peña

Karl Marx intentó describir el origen del capitalismo mediante la llamada acumulación originaria, consistente en un proceso político y social en el que se despojó a los campesinos europeos, de las tierras que trabajaban y los medios con los que lo hacían. Esto obligaba a los desocupados a trabajar en las tierras o fábricas de aquellas personas que habían protagonizado el despojo, mismos que comenzaron a acumular grandes ganancias de capital (Marx, 1982).

Gracias a la intervención del Estado de finales de la Edad Media, este acto criminal fue rápidamente legitimado y hoy es la forma de producción que rige la mayoría de nuestro mundo. Sin embargo, aún hoy hay voces que destacan que la línea entre lo ilícito y lo lícito en los tiempos del capitalismo neoliberal es más delgada que nunca. Estas posturas señalan que la criminalización de algunos mercados es una forma en que el sistema capitalista en general administra y se beneficia de los ilegalismos (Estrada, 2008).

Y es que en un país como México en el que el Estado ha sido debilitado durante las últimas décadas, permitiendo la filtración de actividades criminales tanto en el ámbito político como en el empresarial, no es descabellado reflexionar en la porosidad existente entre lo lícito y lo ilícito. Desde el ONC hemos hecho eco de los factores que hacen de nuestro país un espacio proclive a los mercados ilícitos, tales como recursos naturales, herencia cultural, la conexión a mercados internacionales, una economía diversa con mercados internos atractivos, entre otros (Vélez, 2021).

En este sentido, quizás uno de los nichos de mercado en los que se encuentra más latente esta ambigüedad, es en el de la minería. La Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Trasnacional estimó en 2016 que cerca del 9% de la millonaria industria extractivista de oro en México es ilegal y encabezada por grupos criminales (Corcoran, 2016).

No obstante, es importante señalar que gran parte de las acciones criminales vinculadas a la minería ocurren en un umbral oscuro entre lo legal e ilegal y al amparo de organizaciones criminales. Por ejemplo, comuneros indígenas de la sierra de Manantlán, en el estado de Jalisco, han denunciado el despojo de sus tierras y recursos naturales por parte de diversas empresas, algunas con concesiones del gobierno para la extracción de minerales, que actúan bajo la protección del Cártel Jalisco Nueva Generación, mismo que se ha encargado de desaparecer y asesinar a diversos líderes comunitarios opositores a la minería (Nuño 2023).

Otro ejemplo fue lo manifestado por el empresario canadiense Rob McEwan en 2015, en donde confesó que tenía buena relación con los cárteles presentes en el llamado Triángulo Dorado, quienes les facilitaban el paso para realizar exploraciones. Aunque días después el empresario minero se retractó, medios de comunicación y ONGs han documentado que existen alianzas entre empresas mineras (legales e ilegales) y grupos criminales quienes desplazan poblados enteros a fin de facilitar el acceso de las primeras a territorios de explotación minera (Hernández 2017, Cañedo 2018).

Bajo estas experiencias, es claro que en contextos en el que los capitales privados poseen la fuerza que al Estado le falta, la posibilidad de que las empresas transiten de un lado al otro de la línea de la legalidad es factible. Como en el caso de la minería, el despojo, la muerte y el escocido son el modus operandi de un sector del crimen organizado que se esconde tras los telones de los mercados internacionales.

@LuisJorgeDeLaP1

Investigador del Observatorio Nacional Ciudadano

Referencias.

Cañedo Shelby , Marcos Viscarra, Sheila Arias, (2018), Desplazados por el yugo Narco-Minero en Sinaloa,  Conectas,

Corcoran Patricia (30 de septiembre de 206), Minería ilegal, una oportunidad de oro para los grupos criminales de México, Insigth Crime,

Hernández Navarro Luis, (9 de mayo de 2017), Minería, narco y comunidades indígenas, La Jornada,

Estrada Álvarez Jairo, Et. Al, (2008), Configuraciones (Criminales) del capitalismo actual. Tendencias de análisis y elementos de interpretación, en Estrada Álvarez Jairo (Ed.), Capitalismo Criminal, Ensayos Críticos (1ª Ed, p.p. 13-63), Universidad Nacional de Colombia.

Marx Karl (1982) El Capital, Crítica de la Economía Política, Siglo XXI Ed.

Nuño Analy, (2 de octubre de 2023), Sierra de Manantlán: territorio indígena marcado por la minería de hierro y el narcotráfico, Mongabay,

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