En un mundo donde las posturas extremistas parecen dominar el escenario político, es importante reflexionar sobre la efectividad de los gobiernos extremistas vs los centristas. La historia y los datos actuales sugieren que los gobiernos de centro tienden a generar resultados más equilibrados y sostenibles, especialmente en comparación con los extremos políticos.

Actualmente, observamos una tendencia global hacia el extremismo. Países como Italia y Brasil han experimentado un viraje hacia la derecha en el pasado, mientras que otros, como Venezuela, ejemplifican los desafíos de los gobiernos de extrema izquierda. Estos extremos han llevado a la polarización, conflictos sociales y en algunos casos, a la inestabilidad económica. En contraste, los gobiernos centristas tienden a promover un equilibrio entre las políticas económicas y sociales. Por ejemplo, Alemania bajo el liderazgo de Angela Merkel, demostró cómo un enfoque centrado puede conducir a una economía robusta, una sociedad inclusiva y una política exterior equilibrada. Estudios muestran que los países con gobiernos centristas a menudo tienen mejor desempeño en indicadores como el Índice de Desarrollo Humano (IDH), la estabilidad económica y la igualdad social. Por ejemplo, los países nórdicos, conocidos por sus políticas de centro, consistentemente clasifican altos en el IDH y en índices de felicidad. En contraste con los gobiernos populistas, los centristas tienden a respetar más las reglas de juego democráticas y los procesos institucionales. Los gobiernos populistas, por otro lado, a menudo socavan la democracia liberal y pueden llevar a un autoritarismo en la práctica.

Como sabemos, nuestro país ha dado un giro politico hacia algunos extremos de izquierda que ha polarizado innecesariamente a las fuerzas económicas y políticas de nuestro país. Algunos piensan que estas posturas de polarización son “indispensables” para contrastar posturas y unir a aliados contra el enemigo. Sin embargo, tenemos ejemplos de líderes de izquierda como Bill Clinton de Estados Unidos o Tony Blair del Reino Unido, que viniendo de una extracción claramente izquierdista, lograron muchos avances importantes al mover sus movimientos al centro. El ejemplo de sus administraciones es notable. Durante sus mandatos, implementaron una serie de políticas que combinaban elementos tanto de la izquierda como de la derecha, incluyendo desarrollar una economía de mercado con un enfoque en la responsabilidad social. Mantuvieron una economía de mercado libre, pero con un enfoque fuerte en el compromiso cívico y ético. Esto incluyó aumentos significativos en el gasto en salud y educación.

En el caso de Tony Blair, bajo su liderazgo, hubo un aumento en la inversión en servicios públicos, con un enfoque particular en mejorar la educación. Blair también fue un defensor de la globalización y trabajó activamente para atraer inversiones extranjeras al Reino Unido, lo que ayudó a estimular el crecimiento económico. Durante gran parte de su mandato, el gobierno de Blair practicó una política fiscal relativamente prudente, lo que contribuyó a un periodo de estabilidad y crecimiento económico. En el caso de Bill Clinton, implementó reformas económicas significativas, incluyendo la reducción del déficit federal y la reforma del sistema de bienestar, lo que ayudó a estimular la inversión y el crecimiento económico. Promovió activamente la globalización económica y el libre comercio, incluyendo la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio, lo que impulsó el comercio internacional. Su presidencia coincidió con el auge de la tecnología y el internet, lo que impulsó la innovación y el

crecimiento en sectores clave de la economía. La era de Clinton en la política estadounidense es a menudo recordada por su enfoque pragmático que combinaba políticas de mercado con preocupaciones sociales, reflejando una postura política centrista. Su liderazgo está marcado por uno de los periodos de mayor prosperidad y crecimiento económico en la historia reciente de Estados Unidos. Por otro lado, países con gobiernos extremistas, como Venezuela bajo el chavismo (extrema izquierda) o Brasil bajo Jair Bolsonaro (extrema derecha), han experimentado problemas económicos significativos, como hiperinflación, recesión o altos niveles de desempleo.

Está ampliamente demostrado que la moderación política fomenta el compromiso y el diálogo, elementos cruciales para el crecimiento sostenible. Los gobiernos centristas, al evitar los extremos, pueden negociar más efectivamente con una variedad de actores, tanto internos como externos, facilitando así la implementación de políticas más balanceadas y efectivas. En una era de extremos, la centrista emerge no solo como una alternativa, sino como una necesidad. La historia y los datos actuales sugieren que el centrismo puede ser el camino hacia un futuro más estable y próspero. Recordemos las palabras de Nelson Mandela: "Si quieres hacer la paz con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces se convierte en tu compañero." Esta frase resuena profundamente en el contexto actual, instando a un retorno a posturas centristas que fomenten la paz, el crecimiento y el compromiso político.

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