A dos semanas de que arranquen las campañas presidenciales, se vislumbra ya lo que serán las prioridades con las que los candidatos buscara conectar con los votantes.

Por el lado de la coalición en el gobierno, encabezada por Morena, la propuesta programática que se presenta tendrá un origen muy distinto a como se presentaron las propuestas del hoy presidente López Obrador. Desde la oposición, AMLO presentó en tres campañas presidenciales planes relativamente generales con críticas al modelo económico, la corrupción y las élites. Esta asertiva crítica movilizó el voto de una abrumadora mayoría en 2018, conectando con la percepción de que no era una cuestión de políticas o programas- o la ausencia de estos- lo que estaba detrás de los grandes problemas del país.

Pero la continuidad de la 4T, que se pone a prueba en la elección de este año, arranca desde una posición más compleja. La profundización de la 4T implica también afianzar los avanzas ya realizados, detallar los cómos y, sobre todo, corregir los errores. Así, el proyecto de continuidad se ha presentado desde tres ángulos distintos.

Por un lado, el Instituto Nacional de Formación Política de Morena realizó una serie de foros y consultas durante 2023 con la militancia partidista. Pude presenciar algunos de estos encuentros y debe destacarse que en estos había posicionamientos tanto radicales como sensatos. Al final de este proceso, las conclusiones se sintetizaron en un documento denominado Proyecto de Nación 2024-2030 y que agrupa sobre todo las posiciones coincidentes.

Por otro lado, el pasado 5 de febrero el presidente López Obrador presentó un paquete de reformas, incluyendo al menos 20 constitucionales, en una amplia variedad de temas, desde derechos sociales, laborales, de la alimentación, hasta reformas al INE y otros organismos autónomos.

Finalmente, desde diciembre del año pasado, Claudia Sheinbaum convocó a los Diálogos por la Transformación, una serie de encuentros temáticos, coordinados por Juan Ramón de la Fuente, y en los que se busca escuchar a amplios sectores de la población, posiblemente con coincidencias con la 4T, pero que están lejanos de ser militantes. A la fecha, se han realizado más de 100 foros, paneles y mesas de trabajo.

Ante este escenario, ¿cuál es el sentido de dialogar antes y durante la campaña presidencial?

Las reformas propuestas por el presidente no representan la imposición del gobierno saliente si se considera que el proceso de transformación no puede delimitarse a un sexenio. Además, las reformas y el proyecto de Morena contienen una serie de puntos que marcan límites dentro de los cuales se concibe la colación gobernante, pero dejan lo suficientemente generales estos lineamientos para ser implementados a través de políticas y programas.

Pero, y esto es clave, el perfil y el estilo de gobierno de Claudia Sheinbaum son tales que seguramente presentará una campaña con muchos detalles en torno a acciones concretas, presupuestos y meras. Partiendo de los principios generales de la 4T, los Diálogos ofrecen una perspectiva distinta, no solo sobre los aciertos del actual gobierno, sino sobre los problemas cotidianos y algunas posibles maneras de afrontarlos, que serán ingredientes clave para la propuesta de continuidad con cambio de la candidata.

En otras palabras, la tarea de dialogar y encontrarse con amplios sectores de la población no es ociosa. Las reformas incluidas en el denominado Plan C requieren amplias mayorías para poder ser aprobadas en las cámaras de diputados y senadores, así como en los congresos locales. Por tanto, no hay otra forma más que ampliar los márgenes de a quienes se apela en la campaña. El presidente López Obrador incluso refirió en una entrevista reciente a Canal Red que era normal que Claudia Sheinbaum eventualmente corriera algunas de sus posiciones al centro, lo cual necesariamente requiere de acercamiento, diálogo y acuerdos.

Todo esto contrasta con la estrategia del frente opositor, que durante cinco años fue incapaz de construir, ya no digamos un plan alternativo, sino al menos una crítica general articulada como la que AMLO tuvo en su momento para el régimen en turno. Con la evidencia reciente, es posible prever que la oposición se basará en el correlato sin sustento que busca ligar al presidente con el crimen organizado y en otras narrativas comunicacionales de poca sustancia. Por tanto, es muy probable que el espacio que están abriendo los Diálogos por la Transformación sean de los pocos espacios que se abran durante la campaña para quienes están dispuestos a sentarse a dirimir las diferencias y encontrar coincidencias.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS