Los migrantes a veces se ven como personas, a veces como problema, lo peor es cuando se ignoran. El debate presidencial de Estados Unidos maneja al tema migratorio como prioritario, en México es un asunto de segundo plano.

De un lado de la frontera sí hay emergencia, pero no es del lado mexicano. Lo que se vive en los dos países es ignorar a las personas que migran y lo que valen.

No sólo Donald Trump y Joe Biden están ocupados en el gasto en dólares para indocumentados y políticas de contención en la frontera. Hay un ejército de legistadores, gobernadores, autoridades locales, iglesias y grupos de interés que demandan acción inmediata. En la Unión Americana se debate desde cómo pagar la defensa de los derechos humanos, hasta cuánto costarían las deportaciones o cerrar la frontera con muros o militares.

Los dos partidos de EU plantean soluciones y presupuestos importantes para el conflicto migratorio, a diferencia de México. Las dos grandes coaliciones mexicanas colocan a los migrantes al final de las prioridades de la elección de 2024 y no les asignan el dinero indispensable.

Por ejemplo, la Casa Blanca dio a conocer el 11 de marzo el nuevo presupuesto que Biden plantea para la crisis migratoria. Una bomba de tiempo que atendería son los 2.4 millones de casos pendientes en más de 650 cortes migratorias de EU, de los cuales no se transparenta el número exacto de mexicanos.

Para acelerar el proceso de estos extranjeros, el demócrata ha propuesto 121 millones de dólares adicionales a 981 millones de dólares previos, para sumar 25 nuevos equipos de juicios migratorios. Con esto se podría decidir si los migrantes se quedan en EU, se separan sus familias, son deportados o se les integra. En caso de ser expulsados necesitarían ayuda legal para atender a sus hijos, salvar pertenencias, cuentas de banco y cobrar salarios.

En el sur de la frontera, no sabemos cuántos de esos millones de paisanos pueden ser deportados o violentados en sus derechos humanos, ni tampoco cuánto personal y millones de dólares necesitan los consulados de México para acompañar a los mexicanos en juicio. En el supuesto de que la la mitad de estos casos migratorios, es decir 1.2 millones, fueran de mexicanos indocumentados, ¿cuántos abogados y dinero tiene que poner México? De eso no se habla en las campañas presidenciales mexicanas.

También en el contexto de las elecciones de EU, la Cámara de Representantes frenó la ley “fin de catástrofe en la frontera” (HR 3602) este 20 de abril; que es un replanteamiento de la iniciativa republicana HR 2 que limitaría el asilo. El fondo para esta ley se estimó en 9 mil 500 millones de dólares y sería usado para construir más muros, retener migrantes, contratar más guardias, tecnología y control criminal. Aunque esta política antiinmigrante no progresó, sí tenía un gasto presupuestado, lo que no pasa en la respuesta mexicana.

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