El crecimiento exponencial de programas en plataformas como YouTube dedicados a la cultura gastronómica nacional, que da para eso y más, en ocasiones impide poner atención en verdaderos hallazgos realizados por profesionales. Vamos, que sí, que es siempre un aire fresco que alguien con iniciativa y un celular grabe y suba a las redes lo que a bien tenga en cuanto a comida hecha en el país se refiere. Sólo que es ya tal la cantidad de personas dedicadas a ello que cuando aparece un verdadero programa, hecho por un profesional, es posible que no reciba la atención que merece.
Lalo España, ahora muy reconocido por su trabajo en la serie Vecinos, pero cuyo trabajo inició hace ya varias décadas y en diversos terrenos, es uno de esos casos. Muy lejos de ser un improvisado, España tiene una formación sólida en el ámbito de la comedia, entiende muy bien el manejo de cámaras, el ritmo y, sobre todo, posee y ejerce lo que muchos conductores y conductoras ni siquiera conocen: el respeto para la persona entrevistada que no es sino el respeto mismo del público que ve su trabajo.
Nunca es tarde para recuperar y ponerse al día con una labor de difusión de la comida como la que realiza Lalo España a través de su Garnacha Channel y mediante su personaje, doña Márgara Francisca. La doña sabe de albures, de improvisación (indispensable cuando el único acuerdo es “usted cocina y yo le voy preguntando sobre la marcha”), de manejarse con soltura en escenarios que desde luego no están preparados para espectáculo alguno y de mantenerse a lo largo de la emisión realizando piruetas de equilibrismo entre lo que es un humor finísimo que honra la memoria de las carpas y el juego con quienes cocinan en los muy diversos establecimientos que visita.
El albur, parte consustancial del personaje de doña Márgara, es un deporte de agilidad que se practica entre varones. Entre mujeres no tiene mucho sentido porque todas ganarían en la primera ronda. Sin embargo, doña Márgara es experta en la materia y logra, sin salirse jamás del personaje, que el doble sentido y la anfibología sumados al albur más barriobajuno imaginable haga honor a lo que es: un juego, un divertimento en el que quien pierde al último termina repartiendo, ya usted me entiende. Y además honra a la garnacha y al guisado callejero, lo promueve y lo vuelve más deseable de lo que es ya de por sí.
Por otra parte, es necesario decir que por fortuna las amenazas que Lalo España recibió luego de su crítica al actual titular del Ejecutivo no se han cumplido. Lo que el actor dijo en un video, a título personal, sin alguno de sus personajes de por medio, fue lo siguiente: “Voté por un tipo imbécil, engreído, soberbio, cerrado, inepto, corrupto y estoy arrepentidísimo (…) Inexplicablemente hay seres aferrados a defenderlo a pesar de tantas corrupciones, de la falta de medicamentos para niños con cáncer, de la cerrazón de estar haciendo constantemente lo que él quiere, no lo que debe, de no recibir a las personas que tienen que tratar asuntos importantes, de propiciar la violencia, de dividir al país, de hacer tantas estupideces”.
Hasta donde alcanzamos a ver, esa toma de postura política no le causó ningún distanciamiento con las empresas para las que trabaja como actor. Pero a los chairines les dolió, merecidamente. Doña Márgara Francisca en su Garnacha Channel no está exenta del color local de la realidad presente, pero el propósito de su programa es celebrar la cocina mexicana. Lo hace con humor, respeto y como el señorón y la señorona que es.