Se cuenta que el poeta Lin Yu fue llamado a presencia del emperador de China. El poeta, nervioso, se pasó la noche entera practicando la genuflexión hasta poner la cabeza entre los brazos, postrando la frente en tierra, suma indicación de respeto a la altísima investidura de ese país.

Lo mismo, Lin Yu practicó las palabras que iba a dirigirle. Curiosamente, el día que va al llamado del emperador, el poeta se postró de rodillas, aterrizó la frente entre sus brazos, besó el suelo y dijo, Los dioses te guarden, oh, gran empeorador de la China. Esto provocó que de inmediato llamasen los lacayos al verdugo y el poeta Lin Yu fuese decapitado sin previo juicio por el grave insulto contra el funcionario más alto del país. Mientras preparaban al poeta para su ejecución, éste gritó, así muy fuerte, ¿Y todo por una letra?

Del mismo modo, hemos visto que, por soltar letras, opiniones, dichos en todas las áreas encontramos la reticencia, la burla o el desdén cuando bien nos toca del primer mandatario. El primer aviso de que las cosas no irían bien en esta administración fue cuando el mismo presidente de México, dio en decir que la estatua de la libertad era una farsa. Que el pueblo norteamericano debería sentir vergüenza por tenerla ahí, en la bahía de Nueva York. ¿El motivo?

El presidente de México, durante la mañanera del lunes 4 de julio de 2022, propuso retirar la estatua de la Libertad ubicada en Nueva York, Estados Unidos, si el gobierno vecino llegase a condenar al activista Julián Assange.

Asimismo, indicó que periódicos importantes como New York Times, Washington Post, el Financial Times o incluso El País deberían convocar a un encuentro de la prensa más importante del mundo para pedir y exhortar que se le otorgue un indulto a Assange. “Si no lo hacen, van a quedar manchados”, aseguró.

En este momento, el presidente de México se lanzaba una vez más contra el imperio. Cosa que no debe verse mal, pues su interés, según lo escrito más arriba era defender la libertad de expresión. Hasta ahí bien. Pero, como dicen en mi tierra, “Eres candil de la calle y oscuridad de tu casa”. Implica que los diarios mencionados más arriba, serios a más no poder en el transcurso de la información, quedarían manchados de no hacer su santa voluntad, es decir la del presidente.

Interesante. Lo curioso es que el mismo esquema que pretende AMLO defendiendo al señor Assange, brilla por su ausencia en estos momentos aquí en su país. Digo. ¿Cuántas veces se ha visto denostar, descalificar, abolir los derechos de la libertad de expresión de los reporteros y periodistas que acuden a la mañanera?

Por ejemplo, la presencia de Jorge Ramos, comunicador que ejerce en USA y es una figura influyente dentro de la comunidad latina radicada en ese país. A la pregunta sobre la violencia en México, violencia que, afirma Ramos, deja usted en su país y levanta un cartel donde da las cifras. AMLO lo ve, mueve la cabeza, sonríe con esa sonrisita suya molesta, burlona, dedicada a quienes no quiere. Responde lo mismo desde hace 5 años. “Tengo otros datos”. Inmediatamente, aparece la estadística con la que se compara la declaración de Ramos. Mira, le dice, Peña Nieto tuvo estos muertos en su sexenio. Nosotros hemos reducido esto en un 20%.

Vuelve Ramos a la carga, Presidente usted va a dejar un país sumido en la violencia. Aquí responde el aludido nuevamente con su sonrisa entre burlona y conmiserativa, ¿Tú dices sumido o sumiso? Bueno, para ti es lo mismo.

Este emperador de México juega con las palabras mismas de la anécdota del poeta chino al que nos referimos al comienzo de estas notas.

El presidente de México pues, resultó más peligroso… No usemos una palabra tan fuerte, digamos que es artero. Sí, eso es. Es artero porque dispara en defensa propia, no de sus obras que ve todo el mundo cómo se caen a pedazos. Prueba de ello, los plafones del AIFA. Su juego es sencillo. Yo tengo la verdad, si tú la compartes, eres un gran comunicador, dueño de una noble y generosa carrera en la libertad de expresión. Si no la compartes, eres un gañán zalamero (palabrita muy de su pueblo) gandul que busca desestabilizar las obras de su administración. Es decir, AMLO sostiene una libertad de expresión a modo.

"Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas, ya sea oralmente, por escrito, o a través de las nuevas tecnologías de la información, el cual no puede estar sujeto a censura previa sino a responsabilidades ulteriores expresamente fijadas por la ley."

Dice la Ley de los Derechos Humanos. Otra institución mal vista por el presidente que se atreve a decir que ya no debe existir, enviando a la misma María del Rosario Piedra Ibarra a decirlo ante cámaras y micrófonos. Qué terrible que la hija de una mujer tan comprometida como Rosario Ibarra, luchadora por la democracia mexicana, vea a su hija seguir las órdenes de quien no gusta que lo critiquen.

De algún modo hay que aceptarlo. La Libertad de expresión le sirve mucho a este empeorador o a este mandatario. Él mismo ha demostrado ser un gran leguleyo. Acomoda lo que le conviene a lo plasmado en leyes y legajos. Elude preguntas, da respuestas erróneas, hace como que se equivoca. Un gran histrión podríamos llamarle si no nos diera un poco de pena. Y por no insultar a los histriones, claro está.

Su última hazaña, como para evidenciar que quien no está con él es enemigo, fue filtrar datos personales como nombre, dirección, fotografías, teléfonos, datos fiscales, credenciales para votar, entre otros, de alrededor de 300 reporteros que cubren las llamadas mañaneras del presidente desde Palacio Nacional. Fueron filtradas en redes sociales, donde permanecieron varias horas y sin que alguna autoridad interviniera.

Se solicitó algún posicionamiento de la vocería de la presidencia de la república sin que hasta el momento exista alguno.

No se puede restringir el derecho de expresión por medios indirectos, como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos; de frecuencias radioeléctricas; de enseres y aparatos usados en la difusión de información; mediante la utilización del derecho penal o por cualquier medio encaminado a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.

En fin. ¿Quién le diría al poeta Lin Yu que su error iba a ser una realidad en estos tiempos? Estos tiempos de “errores” y “sonrisas”. Más oscuridad que candiles.

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