“Yo me sentía soñado con la falda y las medias, que a cada rato acariciaba mis piernas. Los tacones no me quedaban, pero cómo amaba las medias”, relata Archie en su “pasión” por ser querer ser él, por tener su lado femenino.

Por curiosidad y a escondidas de su esposa e hijos, el hombre que ronda los 50 años hurgó una noche entre las cosas de su pareja y encontró “ropa de mujer”, accesorios y maquillaje. Desde esa vez, dice, comenzó a identificarse como una persona y a “amar” su identidad.

“Antes se usaba ‘el travesti’ para denigrar, para insultar, para llamar a los homosexuales, para agredir (...) Pero no, los travestis también existimos”, expresa Archie, quien asiste a reuniones donde otras personas se travisten.

A más de 20 años de identificarse como travesti, Archie bromea que no lo descubran en su casa porque habrá pelea con su esposa para ver quién se queda con la ropa.

Roshell Terranova, artista, activista trans y directora de la Casa Roshell, menciona a que hace algunos años se pretendió hacer “a un lado” a la comunidad travesti y el travestimso “era más de closet”: “Por eso defendimos las tres T que en México existen (travesti, transgénero y transexual) porque lo que no se nombra se invisibiliza”.

“Ahorita no, yo siento que vamos a la par, que hay más respeto, aunque nosotras las mujeres trans respetamos a la gente travesti porque somos humanos y compañeros de una comunidad, compañeras, y hay menos discriminación. Antes se pensaba que si eras travesti no debías tener los mismos derechos, pero derechos para todos.

“Hemos aprendido a convivir entre las tres Ts, y la gente que es travesti lo va a seguir viviendo, es igual de respetable que una persona transgénero o una persona transexual o no binarie o LGTTT+”, dice.

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Roshelll Terranova, directora de Casa Roshell. Foto: Juan Boites / EL UNIVERSAL
Roshelll Terranova, directora de Casa Roshell. Foto: Juan Boites / EL UNIVERSAL


Travestismo de closet

“El travestismo ya se vive de otra manera, antes el travestismo era más de closet, con más inseguridad, ahora la gente que se traviste y que tiene esa doble vida, doble situación, ya también se ha empoderado y defiende sus derechos y también se involucra más desde su trinchera. Aunque no vayan a hacer una transición, participan. Antes sí se sentían muy aislados, hay quien lo vive todavía muy interiorizado, incluso habrá gente que no viene a Casa Roshell por estar tan tan de closet, porque tienen muchos fantasmas a su alrededor.

“Yo veo a gente que llegó aquí hace tantos años, que llegó con una introspección, con esa timidez y que ahora vienen, se travisten y salen a la calle y pueden ir al cine, al teatro, a tomarse un café y eso habla de que también ha evolucionado la forma del travestimso”, señala Roshell Terranova al destacar esta expresión como un arte.

La actriz de la obra de teatro “Orlando y Mikael: Los arrepentidos” declara que antes pensaba que “a lo mejor el travestismo se iba a acabar”: “Porque era ya un paso que no se daba o no se iba a dar, porque nosotras eramos hombre gay, luego travesti y luego transicionabas”.

Travestismo en mujeres

Aunque es menor el caso de las mujeres cisgénero, también llegan a Casa Roshell a travestirse. La directora del lugar cuenta que ellas llegan “acompañando a sus parejas”.

“Viene con su pareja que se traviste, que han llegado a esa comunión, a esa sinceridad, recibir de esa manera su vida y que dicen: ‘yo también me voy a travestir, quiero vivir la experiencia’. Entonces les hacemos su look de drag king, les ponemos pelucas cortas, les hacemos su maquillaje con una barba crecida y se divierten mucho, o ya traen ellos su look”, señala.

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Visibilizando el travestismo en redes sociales

Inspirada por la actriz Libertad Palomo para irse adentrando el mundo del travestimso, para Barbie Luna esta manifestación es “un mundo un tanto incomprendido”, por lo que decidió abrir su canal de YouTube Barbie Luna Trav y mostrar parte de su vida en Instagram y TikTok para informar, visibilizar, derribar estigmas y prejuicios, e inspirar.

“Al principio no tenía valor de hacer esto. Cuando haces esto, no le haces daño a nadie. Por los prejuicios sociales, el travestismo está muy satanizado todavía (...) No es común pero tampoco es malo”, expresa.

Con cerca de 7 años como chica travesti, Barbie cuenta que afortunadamente, por la lucha de sus antecesoras, no ha sido discriminada en la Ciudad de México por ser ella y puede caminar “relativamente tranquila” en la calle, aunque “la gente se te queda viendo o uno que otro comentario de mal gusto”.

Para la también fanática del anime que se viste como sus personajes favoritos como Sailor Moon, el desconocimiento de las personas hace que piensen que quienes se travisten “son facilotas que solo se arreglan para estar buscando hombres (...) se ha tomado como un término negativo”.

Barbie Luna, fan del anime busca visibilizar el travestismo. Foto: Instagram @barbaraluna80.
Barbie Luna, fan del anime busca visibilizar el travestismo. Foto: Instagram @barbaraluna80.

Barbie refiere que “salir del clóset” como chica travesti con su familia no fue fácil después de practicarlo a escondidas, pero ahora la respetan: “Les preocupa todavía mucho mi seguridad, que me fueran a agredir”.

En su canal de YouTube, Barbie habla de cultura gótica y travestismo, da consejos de outfits, filtros y ligue, entre otros temas.

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Casa Roshell

Casa Roshell cumplió en mayo pasado 19 años de ser un un lugar de transformación para la comunidad trans y LGBT+ en la Ciudad de México, pero además es un refugio donde se procura a quienes lo necesitan.

“Casa Roshell siempre les apoya, les cobija, les orienta, les acompaña en su transición, es un lugar seguro, desde siempre ha estado libre de discriminación”, comenta Roshell Terranova.

Casa Roshell, un lugar de transformación en la CDMX. Foto: Juan Boites / EL UNIVERSAL
Casa Roshell, un lugar de transformación en la CDMX. Foto: Juan Boites / EL UNIVERSAL


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