Evitar que la Universidad se convierta en un campo de batalla durante el proceso electoral de 2024, mantener una relación armónica con el actual gobierno y establecerla con la administración del próximo presidente o presidenta del país, son tres retos que habrá de enfrentar el nuevo rector o rectora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura el director de la Facultad de Derecho, uno de los 17 aspirantes a dirigir la Máxima Casa de Estudios, Raúl Contreras Bustamante.

“Esos son temas bastante complejos que ameritan tener a una persona que tenga experiencia, temple, ecuanimidad y equilibrio para poder llevar a la Universidad a condiciones de normalidad para que pueda seguir funcionando y cumpliendo con sus objetivos sin distraerse de los problemas políticos del país”, señala.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Raúl Contreras Bustamante no descarta que ante la proximidad de las campañas para las elecciones federales que se celebrarán el año que viene, la UNAM pueda ser utilizada para acciones proselitistas.

“Este es un reto. ¿Por qué? La dimensión de la Universidad lo explica: tenemos 373 mil alumnos, 42 mil profesores y más de 25 mil trabajadores más sus familias. Entonces, estamos hablando de un universo de ciudadanos muy importante. “Desde luego que cuando hay campañas políticas, pues siempre voltean a ver a la UNAM para ver de qué manera pueden generar simpatías dentro de las instituciones públicas dedicadas a la educación”, dice.

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Menciona también que “la UNAM estará atenta a lo que pase en las campañas porque no podemos abstraernos. Se tendrán que discutir en el seno las propuestas, las opciones, las candidaturas, pero sin que se convierta a la Universidad en un campo de batalla o en una plataforma electoral de nadie”.

¿Percibe que hay intentos de injerencia externa para influir en el proceso de sucesión?

—Siempre ha habido una tentación hacia los centros que generan conocimiento para que estén al servicio de una causa.

No solamente a un gobierno le interesa esto, sino a grupos sociales que les interesaría poder influir en la vida de la Universidad Nacional. Esto es algo que ha sucedido siempre, pero la UNAM ha sabido defender su autonomía.

El director de la Facultad de Derecho, quien cuenta con 34 años ininterrumpidos de impartir clases diariamente en dicho plantel, narra que ingresó a la Universidad en 1972 para estudiar en la Preparatoria 6 Antonio Caso, ubicada en Coyoacán, y de memoria recuerda el que era su número de cuenta: 7203090-1.

Comenta que la Facultad de Derecho tiene 470 años desde su fundación y en todo este tiempo sólo cinco directores se han reelegido, “y yo soy el quinto”, sentencia.

No sin orgullo, Raúl Contreras Bustamante externa que hoy en día la Facultad de Derecho está catalogada como la número 26 de las mejores escuelas del mundo y la primera de los países de habla hispana.

“A veces me dicen que esas son cuestiones aspiracionistas, pero yo les respondo que mientras mejor prestigio tenga la Facultad de Derecho, mejor prestigio tendrán sus egresados y mayores oportunidades tendrán de ser llamados para incorporarse al mercado laboral”, indica el director.

¿Se imaginó siendo estudiante que llegaría a ser director de esta facultad?

—Cuando hice mi examen de admisión para la preparatoria, me tocó en la Facultad de Derecho. Y cuando entré pensé: “De aquí soy”.

A raíz de que me gustaba estar en actividades políticas desde estudiante, algún día me entró el gusanito y en 2008 intenté ser director de la facultad y no pude entrar a la terna. Ocho años después volví a postularme, y lo logré. Traigo la sangre azul y oro.

Doctor, ¿cuál es su cita favorita?

—Desde el punto de vista de la literatura, a mí me gustó y me marcó mucho un libro El amor en los tiempos del cólera, y se me quedó grabada una frase que decía que cuando alguien se enamora, puede tener padecimientos que se confunden con el cólera.

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Este es un libro que he leído en tres ocasiones y siempre que lo hago le encuentro cosas distintas. Además de leer temas relacionados con el Derecho, leo de manera simultánea una novela.

¿Cómo se define a sí mismo?

—Hoy puedo decir que soy un educador. A lo largo de mi vida he realizado diversas actividades, pues he sido servidor público, soy notario, soy profesor. Pero ahora en estos últimos siete años me he dedicado a la docencia y me defino como un educador, me preocupo más por los procesos de educación, de tratar de cumplir con el compromiso que tengo como director. El 80% de los jóvenes que asisten a esta facultad, y creo que es lo mismo que en la Universidad, provienen de familias de escasos recursos.

Y entrar a esta facultad, y lo he dicho varias veces, es la gran oportunidad de su vida para vencer sus condiciones adversas de origen. Entonces, cuando te das cuenta de que tienes una comunidad de más de 17 mil alumnos con esas características, tienes que procurar darles las mejores armas posibles para que puedan salir adelante.

¿Qué está proponiendo en su proyecto de trabajo?

—Una de ellas es la defensa de la autonomía, porque es algo que le importa y le preocupa a la comunidad universitaria, que no haya injerencia del exterior, que se pueda seguir garantizando la libertad de cátedra, la libertad de expresión, de investigación, el que siga siendo una universidad plural que no se pliegue a un solo pensamiento.

La autonomía de la UNAM es un atributo que no debe ser confundido con un privilegio. La defensa de la autonomía debe estar asociada con una muy clara rendición de cuentas y transparencia de lo que hace la Universidad para administrar los enormes recursos que recibe, que son muchos, aunque insuficientes.

Contreras Bustamante refiere que otra de sus propuestas que integran su plan de trabajo es continuar impulsando la internacionalización de la Máxima Casa de Estudios, porque argumenta que el prestigio de la Universidad permite que los egresados obtengan un mejor reconocimiento de la sociedad.

“Con un buen programa, creo que podemos lograr que la UNAM se coloque entre las primeras 50 mejores del mundo. Suena ambicioso, pero somos la 13 economía del mundo, ¿por qué no podemos aspirar a estar en un mejor lugar?”, cuestiona.

Otro punto más de su plan de trabajo es la actualización de la Legislación Universitaria.

—Para erradicar la violencia de género hay que crear una legislación de protección a las víctimas. Creo que hay que darles a los directores de facultades y escuelas la posibilidad para que puedan emitir medidas cautelares que permitan dar respuesta inmediata a los problemas y que no todo quede en una denuncia.

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