Varsovia.— Decenas de miles de personas, en su mayoría mujeres, se concentraron ayer en las calles de Varsovia para protestar contra un plan para endurecer la legislación sobre el aborto, que está ahora en trámite parlamentario y es respaldado por el partido gubernamental, el nacionalista de derechas Ley y Justicia (PiS).

Alrededor de 55 mil personas se manifestaron en la capital polaca, según informó el portavoz del ayuntamiento de esa ciudad, Bartek Milczarczyk, en una protesta denominada “Viernes Negro”.

El detonante de estas concentraciones es el proyecto de ley para limitar la interrupción voluntaria del embarazo, admitido a trámite por la Cámara Baja el pasado 10 de enero, el cual es resultado de la iniciativa popular “Stop Aborcja” (detener el aborto), que cuenta con el apoyo mayoritario de diputados del PiS.

Desde entonces, una comisión parlamentaria revisa la propuesta, que busca prohibir el aborto para los casos en que el feto presente malformaciones, una enfermedad irreversible o Síndrome de Down.

Hasta que esa comisión no dé luz verde, la propuesta no podrá ser votada por el Parlamento.

El proyecto “Stop Aborcja” sólo permite el aborto para los supuestos en que la vida de la madre corra peligro o que el embarazo sea resultado de violación o incesto.

Los manifestantes, quienes vestían ropa oscura, llegaron desde distintos puntos de Polonia, pasaron ante el Parlamento polaco, la sede de Ley y Justicia y una de las iglesias más significativas de Varsovia, en protesta por el apoyo de la jerarquía católica a la medida.

“¡Los que no han dado a luz no deberían votar!”, corearon decenas de miles de personas que participaban en la manifestación.

“Estamos enojados”, dijo una manifestante a DPA. “Es enfermo estar obligadas a traer a los niños que están condenados a morir”, añadió.

Los hombres también tomaron parte en la protesta. “Tenemos que mostrar nuestra solidaridad con las mujeres”, destacó un joven.

El portavoz de la Conferencia Episcopal Polaca, Pawel Rytel-Andrianik, ha dicho que “la dilación en los procedimientos parlamentarios sobre la legislación para limitar el aborto son motivo de preocupación” para la Iglesia en Polonia, un país en el que 90% de la población se declara católico.

“No queremos que ni políticos ni curas vengan a decirnos qué hacer con nuestro cuerpo”, dijo Magda, una de las manifestantes, a EFE. Ella como otras mujeres portaba una percha, alusiva a que su cuerpo no es solamente un simple receptáculo para dar a luz, sino que es la mujer la que debe poder decidir en este tema.

El líder de Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, se ha mostrado en numerosas ocasiones partidario de la prohibición del denominado aborto eugenésico, a pesar de que Polonia ya cuenta de por sí con una de las legislaciones más restrictivas de Europa al respecto.

Frente al periodo comunista, cuando era prácticamente libre, la ley polaca vigente, que data de 1993, sólo permite el aborto cuando la salud o la vida de la madre están en peligro, el embarazo es el resultado de una violación o incesto o el feto sufre malformaciones o enfermedad irreversible.

Los datos oficiales indican que se practican algo más de mil abortos cada año, aunque la Federación para la Mujer y la Planificación Familiar, dedicada a ayudar a las mujeres a abortar dentro de los supuestos permitidos, cree que la cifra real de embarazadas que abortan anualmente puede superar los 100 mil casos, explicó a EFE una de sus representantes, Krystyna Kapura.

El gobierno de Polonia intentó, sin éxito, endurecer la ley del aborto en octubre de 2016, aunque la protesta de miles de mujeres en todo el país le obligó a frenar su proyecto, pese a que Ley y Justicia cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento.

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