Sin que se descarten sorpresas, el periodista, pastor evangélico y cantante de música cristiana Fabricio Alvarado Muñoz, del opositor Partido Restauración Nacional, se perfiló anoche como probable ganador de la primera ronda de los comicios presidenciales de Costa Rica, pero sin alcanzar más de 40% de los votos válidos, por lo que deberá competir en una segunda ronda, el próximo primero de abril, frente a un adversario todavía pendiente de definir, según datos oficiales preliminares.

El opositor Antonio Álvarez Desanti, abogado y del socialdemócrata Partido Liberación Nacional (PLN), y el oficialista Carlos Alvarado Quesada, periodista y politólogo y del gobernante y centro-izquierdista Partido Acción Ciudadana (PAC), se disputan el segundo lugar y el boleto para poder pasar a la siguiente ronda, que se realizará el Domingo de Resurrección.

A las 21:04 horas locales (mismo tiempo del centro de México), y escrutadas 3 mil 88 de las 6 mil 612 mesas receptoras de votos, lo que equivale a 46.7%, el pastor se consolidó en el primer puesto con 25.9% de los votos, seguido por Alvarado, con 20.1%, y por Álvarez, con 19.5%, informó el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

Ninguno habría obtenido más del 40% de los votos válidos que se requerían para triunfar en primera ronda, mientras que en la segunda vencerá el que reciba más sufragios.

Pese a que durante la mayor parte de la campaña comandó las encuestas y se proyectó como uno de los dos que pasaría a segunda ronda, el abogado populista Juan Diego Castro Fernández, del opositor Partido Integración Nacional (PIN), pareció derrumbarse en la fase final de la contienda y habría caído al quinto puesto. El abogado Rodolfo Piza Rocafort, del opositor Partido Unidad Socialcristiana (PUSC), es cuarto.

Los resultados preliminares sobre los restantes ocho candidatos aparentemente les dejan fuera de la competencia, aunque falta por contabilizar parte de la votación.

En el desenlace del primer episodio de una masiva y pacífica fiesta democrática multicolor, el presidente del TSE, Luis Antonio Sobrado González, aseguró anoche, al abrir una ceremonia solemne para anunciar los resultados parciales, que “sin incidencias significativas” en una jornada en paz, “Costa Rica votó”.

“Sin sobresaltos ni amenazas hemos votado en paz”, dijo, para señalar luego que “el pueblo soberano habló” y es momento de escucharlo.

Las votaciones se realizaron de las 06:00 a las 18:00 horas, con un padrón de 3 millones 322 mil 329 electores inscritos para sufragar en 2 mil centros de votación. Los costarricenses fueron convocados a las urnas para elegir a un presidente y dos vicepresidentes y 57 miembros de la Asamblea Legislativa (Congreso unicameral). Los legisladores sí resultaron electos ayer, mientras que la papeleta de presidente y vicepresidentes ganadora será definida el primero de abril entrante. Los resultados difundidos anoche que, a la espera de tendencias definitivas al menos para el segundo puesto, prevén que los comicios presidenciales de Costa Rica serían definidos en un final de fotografía.

El próximo presidente de Costa Rica enfrentará duros retos. El país es castigado por un grave déficit fiscal, que en 2017 alcanzó 6.2% del Producto Interno Bruto (PIB), y podría llegar hasta 7.1% del PIB en el presente año y a 7.9% en 2019, según el Banco Central.

La situación es compleja porque la mayoría de los partidos representados en el Parlamento se rechazan una reforma fiscal si el gobierno no hace recortes en el gasto público.

“El déficit fiscal no es nuevo [se arrastra desde hace 10 años]. Y es el mayor problema de Costa Rica”, dijo el presidente Luis Guillermo Solís tras llamar a la ciudadanía a “renovar su democracia”.

Los aumentos de la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción son otros de los desafíos que esperan al nuevo gobernante. Con información de agencias

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