El gobierno de Nuevo León informó que a raíz de una denuncia ciudadana , inició un proceso administrativo contra el refugio para animales Hábitat , ubicado en el municipio de Allende, y donde según activistas, había más de cien perros enfermos, famélicos y en deplorables condiciones de higiene.

Al sitio fueron canalizados algunos canes que se perdieron durante los sismos de septiembre en la Ciudad de México, en espera de que aparecieron sus dueños o fueran adoptados por alguna familia.

El martes pasado, un grupo de defensores de los animales realizaron un operativo para rescatar a los 134 caninos que supuestamente había en el refugio, que su propietario Luis Marroquín anunciaba como “santuario para perros”, pero lo hallaron convertido en un verdadero infierno para las mencionadas mascotas, y sólo pudieron rescatar 27 animales, desconociéndose la suerte o destino de los restantes.

Este domingo, la Secretaría de Desarrollo Sustentable del gobierno de Nuevo León anunció que a raíz de una denuncia ciudadana, se abrió un proceso administrativo contra el citado refugio, al mismo tiempo, la dependencia reconoció el interés de la ciudadanía en la cultura de protección animal, y expresó su compromiso “de aplicar la normativa estatal”.

Hasta la fecha, la Secretaría de Desarrollo Sustentable “ha dado seguimiento a las denuncias recibidas y no ha emitido ninguna resolución administrativa u otorgado permiso alguno al refugio mencionado”, puntualizó la dependencia.

Añadió la dependencia a través de un comunicado que “legalmente está impedida a dar más detalles, hasta que se cierre el procedimiento y se emita una resolución administrativa, lo cual ocurrirá dentro del plazo que fija la ley”.

Una vez concluido el proceso se ampliará la información al público, se asentó en el comunicado, y se afirmó que “en ningún momento la Secretaría de Desarrollo Sustentable ha dado apoyo económico al refugio mencionado”, como señalaron activistas defensoras de los animales.

Cabe mencionar que al citado refugio eran enviados perros callejeros que eran rescatados por activistas para atenderlos de alguna lesión o enfermedad, así como aquellas mascotas a las que algunas familias ya no podían mantener en sus hogares por razones de espacio, entre otras.

afcl

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