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Oaxaca.— Es la noche del 26 de noviembre de 2017. Faltan minutos para la operación. El pequeño Edward, vestido sólo con playera amplia y con el brazo izquierdo inmovilizado, está alegre; juguetea con su sábana, ríe con sus padres, en la cama del hospital “Del Valle”.

Ni Hussein Luna López ni Daniela Trujillo Ramos, padres del menor, imaginaban el desenlace fatal de su único hijo, seis horas después.

Ese domingo 26, los tres acudieron a un centro de diversiones en el municipio de San Francisco Telixtlahuaca. Pero el pequeño sufrió una caída y se fracturó el brazo, sin exposición de hueso, lo que l os motivó a llevarlo de inmediato al Hospital Civil Doctor Aurelio Valdivieso de Oaxaca, donde no lo pudieron atender por un paro temporal de trabajadores, por lo que acudieron al “Del Valle”, en la misma colonia Reforma.

Malas noticias. Según el expediente de la causa penal 0088/2018, que se lleva en el Juzgado de Control de Circuito de Valles Centrales, dependiente del Tribunal Superior de Justicia, los padres y Edward entraron aproximadamente a las 17:20 horas al hospital “Del Valle”.

Tras el diagnóstico, el niño fue ingresado al quirófano alrededor de las 22:00 horas, atendido por los médicos Luis Alberto “N” y la anestesióloga Gabriela “N” —hoy en libertad bajo amparo—, quienes avisaron que la operación no duraría más de dos horas.

A las 3:40 horas del 27 de noviembre iniciaron las malas noticias. “Su hijo no regresa de la anestesia, está grave, lo estamos estabilizando con medicamentos”, le dijeron a la pareja.

Los médicos decidieron trasladarlo a otro hospital privado, con Unidad de Cuidados Intensivos, que sería el San Lucas, en la misma colonia Reforma.

A las 06:30 horas se tomó la decisión, pero ya era tarde. Edward iba con muerte cerebral y con diagnóstico de taquicardia supraventicular.

“Sin embargo, durante su ingreso a este último nosocomio, el menor sufrió diversos paros cardiorrespiratorios, y a pesar de las maniobras de reanimación efectuadas por los médicos, sobrevino su deceso”, se narra en el expediente. A las 8:00 horas del lunes 27 de noviembre, Edward fue declarado muerto.

Múltiples fallas. El Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado (FGE) determinó que hubo homicidio doloso, por lo cual pidió al juez de la causa emitir una orden de aprehensión y el especialista fue ingresado al reclusorio central de Santa María Ixcotel, ubicado cerca de la capital del estado.

La causa de la muerte: paro cardiorrespiratorio con edema cerebral con sustancia en estudio (lidocaína, concentración de 2.2 miligramos por litro de sangre). Según el estudio histopatológico, efectuado el 21 de diciembre, se concluyó que el niño presentaba edema cerebral no traumático, encefalopatía, edema agudo pulmonar, congestión vascular con presencia de restos médicos en alveolos, falla orgánica múltiple secundaria a choque cardiogénico.

En términos generales, se efectuó una cirugía a un niño que no iba en ayunas; se aplicó exceso de anestesia, y durante la operación estuvo en posición decúbito de manera prolongada, lo que originó que se broncoaspirara. “Quedó acreditada la existencia previa de una vida, la cual fue extinguida debido a la actitud omisa de los imputados aquí señalados por el Ministerio Público”, refiere el legajo.

Para ocultar la probable negligencia, de acuerdo con videograbaciones que obran en poder del Ministerio Público y del juzgador, los médicos alteraron el informe médico, donde omitieron la dosis de anestesia. “En las notas médicas no existe referencia de la aplicación de lidocaína”, refiere.

El 2 de abril fue detenido el médico Luis “N”, pero la sociedad médica, primero de Oaxaca y luego del país, inició protestas para su liberación.

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