En México se puede ser pobre aun teniendo trabajo. A diferencia de los países desarrollados, donde quedan en pobreza quienes están sin trabajo. Los programas sociales no pueden resolver eso. Sin recuperación salarial no hay manera de reducir la pobreza.

La Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social viola la Constitución. En ella, en el Artículo 123 se establece que el salario mínimo debe ser suficiente para cubrir las necesidades básicas de un trabajador y su familia.

El salario mínimo queda por debajo de la línea de pobreza fijada por Coneval. Aun homologado a 70 pesos al día no es suficiente. A inicios de 2015, el monto para satisfacer las necesidades de una persona era de 2 mil 611.93 pesos al mes. Se necesitan más de 87 pesos al día para cubrir las necesidades básicas de una persona.

El presidente Peña Nieto puede empezar a corregir esta violación constitucional. Así lograría muchos mejores resultados en reducción de pobreza en la siguiente medición que cubre hasta 2016 y se conocerá en 2017. Y así empezaría a honrar el compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 que adquirió en la ONU hace dos semanas.

No hay oposición sólida a un incremento gradual y responsable del salario mínimo. Desde que iniciamos la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza hemos consultado organizaciones empresariales y economistas de todo tipo. No hay quien se oponga.

Desde el gobierno, el Coneval ya lo ha propuesto. También organismos “ortodoxos” en materia económica como el FMI, el Banco Mundial y la OCDE, están recomendando incrementar los salarios en México. Esta medida fortalece el mercado interno y le da un nuevo impulso a la economía para crecer.

El nuevo titular de Sedesol, José Antonio Meade, podría consultar con estos organismos, incluida la Cepal, para llevarle una propuesta de consenso y sólida al presidente. El incremento para 2016 debe rebasar la línea de pobreza. Fijar el salario mínimo cerca de 88 pesos es un buen inicio.

Por supuesto no es suficiente. Ese monto aún no permite sostener a una familia. Tampoco es una panacea. Muchos trabajadores que reciben un salario mínimo o menos participan en la economía informal y podrían no beneficiarse de esta medida. Pero es un buen primer paso.

Un aumento responsable del poder adquisitivo del salario mínimo tiene un impacto positivo también sobre los salarios más bajos. Los incrementos en productividad lo posibilitan. Si la devaluación no ha generado inflación, tampoco un aumento al salario mínimo debe producirla.

El salario mínimo se fija por un acto administrativo. Eso es lo que hace cada año la Comisión Nacional de Salarios Mínimos desde su creación en 1962. Por “decreto” se impuso su reducción hasta llegar a convertir cada peso en 28 centavos de su valor entre 1978 y 1994.

El salario mínimo perdió casi tres cuartas partes de su poder adquisitivo en esos años. Y desde entonces quedó estancado. Un reciente estudio de Cepal demuestra cómo entre 1976 y 2012, la distribución del ingreso correspondiente a los trabajadores asalariados se reduce de 40 por ciento del total a 27 por ciento del total.

Desde la sociedad civil estaremos exigiendo cuentas a las autoridades que fijen un salario mínimo que genere pobreza. Hay responsabilidades administrativas de los servidores públicos si violan la Constitución.

Para exigir nuevas políticas económicas y sociales frente a la pobreza, te invitamos a participar el 17 de octubre en acciones del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Más información en .

Consultor internacional en programas sociales

@rghermosillo

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