Fue la poesía un refugio, consuelo y desahogo lo que encontró Eusebio Ruvalcaba (1951-2017) para solventar la agonía que padecía su padre y de esa manera elegir su camino como escritor, afirmó Cecilia Ruvalcaba, hermana del autor jalisciense, durante una mesa homenaje celebrada esta noche en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Entrevistada previo al evento “Para recordar a Eusebio Ruvalcaba”, la hermana del también periodista, ensayista, dramaturgo y tallerista mexicano, señaló que fue ese momento el que marcó a Eusebio para convertirse en escritor, por encima de la música, disciplina con la que creció siendo un niño.

“Él estaba estudiando la carrera de Historia en la UNAM, y de pronto entró en una conferencia que Enrique González Rojo ofreció. Mi hermano entró y González Rojo leyó un poema de su autoría y a mi hermano le encantó porque se dio cuenta que la poesía de González Rojo gozaba de libertad.

“Después se reunió con González Rojo, le pidió una cita y durante el encuentro mi hermano le expresó que deseaba ser tan libre como él. Pero hay un detalle, que en 1975 mi padre fue a Mérida y se puso grave, ya estaba enfermo y hablaron por teléfono a la casa para que alguien fuera por él”, recordó Cecilia. Su hermano Eusebio fue por su padre, "pero en el trayecto a México en tren, fue un calvario para mi hermano, porque veía como se estaba muriendo mi padre, de tal manera que ahí fue cuando a él le nació en un momento inspirador para empezar a escribir".

“Fue su momento, en el que él tomó una pluma y papel y comenzó a escribir en ese viaje y ahí comenzó su poesía, el contacto directo con la pluma y el papel”, relató. A siete meses de la muerte del autor de obras como Música de cortesanas y Lo que tú necesitas es una bicicleta , Enrique González Rojo y Carlos Martínez Rentería, recordaron con cariño a su amigo y colega.

A punto del llanto y con dificultades para expresarse, Martínez Rentería dedicó unas breves líneas al autor fallecido en febrero pasado. De nueva cuenta, Cecilia Ruvalcaba agradeció el homenaje en el Palacio de Bellas Artes, recinto que consideró "su casa”.

“De hecho nosotros nacimos en casa de músicos, ellos (mis padres) todo el tiempo estaban tocando y nos arrullaron con música clásica. Esto ayudó a que se desarrollara nuestro oído musical y por lo tanto mi hermano Eusebio, fue el que más se acercó en ese sentido a mi padre cuando estaba con el Cuarteto Lener, y mi padre lo lleva a sus ensayos. “Mi hermano vio todo ese ambiente del cuarteto desde muy chico y desde ahí, mi padre comenzó a llevarlo a los cuartetos. Con mi hermana fue diferente porque fue su acercamiento con la ópera y yo, con el piano. Cada quien escogió su camino dentro de la música, pero mi hermano vivió siempre para la música, para escucharla y deleitarse”, indicó.

Contó que en alguna ocasión, en la Sala Manuel M. Ponce, "mis padres dieron muchos recitales y también en la Sala Principal, de tal manera que nosotros crecimos en Bellas Artes, mi padre hacía ahí sus ensayos y nosotros corríamos entre pasillos; de alguna manera viene siendo como nuestra casa y el que se haya realizado este homenaje a mi hermano en el recinto es un encuentro con nuestros padres".

nte un puñado de lectores y amantes de la obra del autor, Cecilia dio lectura a dos cartas apreciadas por Eusebio, tanto de su padre y madre, donde se reflejan el amor a su madre y a sus pasiones, y en las que expresa su agradecimiento a su mamá, la pianista Virginia Castillo, por enseñarle el gusto por la música y las letras.

sc

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