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México no cederá a todo lo que pida Estados Unidos en la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y si así pretenden hacerlo eso no es negociar, dice el subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Juan Carlos Baker.

En entrevista con EL UNIVERSAL, comenta que el gobierno mexicano “ha hecho propuestas en todos los temas. En la parte automotriz estuvimos en posibilidades de hacer un esfuerzo adicional. Estados Unidos es el que realmente tiene que valorar qué más quiere porque si la percepción es que México va a aceptar todo, francamente eso no es una negociación”.

“Todos tenemos que ceder un poco en la medida que esto es negociación. El secretario [de Economía, Ildefonso Guajardo] ha hablado de las cuestiones que lleven al balance como tener una certeza en las propuestas conocidas como píldoras venenosas”, tal es el caso de la exportación de frutas y hortalizas por estacionalidad, muerte súbita del acuerdo, reglas de origen para autos y solución de controversias.

Para la autoridad mexicana, los temas pendientes deben verse de manera integral, por lo que la idea es “si yo estoy haciendo un esfuerzo en el tema “x”, ayúdame en el “y”, y ahí es donde hay mucha idea, no de paquetes de cierre, porque hay temas que no están maduros, pero hay una indicación clara de por dónde se debe transitar, expone.

Al momento, no hay fecha para una próxima reunión entre los ministros de los tres países socios del TLCAN, y ella no se dará hasta que el trabajo de los grupos técnicos esté lo suficientemente “maduro” para que lo retomen, por lo que descartó que en esta semana pueda haber acuerdos.

Sin embargo, comenta: “Que no se malinterprete que México está dándole los santos oleos al TLCAN, por supuesto que esto no va para allá, mientras exista el proceso abierto y estemos negociando, mientras haya ideas y propuestas creativas queremos sacar esto adelante”.

Sin varita mágica

Baker detalla que si la negociación no se cerró en mes y medio de trabajo constante entre el representante de comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, la canciller canadiense, Chrystia Freeland, y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, sería “imposible” cerrarlo en dos días, con varita mágica.

No podemos cerrar en día y medio las cosas que no pudimos cerrar en mes y medio, dice al referirse a la fecha fatal que dio el congresista estadounidense Paul Ryan de que el texto del acuerdo debía tenerse a más tardar el 17 de mayo próximo en la mesa de la Casa de Representantes.

Comenta que durante mes y medio los tres ministros trabajaron por llegar a un acuerdo e incluso, en la búsqueda de ello, los mexicanos fueron flexibles y hasta agregaron el tema salarial en su propuesta de contenido regional para el sector automotriz.

Pero Estados Unidos pretendía que el contenido regional en Norteamérica de un automóvil subiera de 62.5% a 75% y que se clasificara en tres canastas: una de insumos principales como motor, chasis, transmisión; otra de autopartes principales, y una tercera de complementarios. Que 70% fuera acero y aluminio de América del Norte y otorgar un porcentaje si los vehículos se manufacturaban con piezas hechas en lugares en los que se tuvieran salarios de 16 dólares la hora, algo que no se pudo aceptar.

Si bien siguen sin cambio los temas de estacionalidad, solución de controversias y muerte súbita del tratado, hay otros aspectos pendientes, como el hecho de que Estados Unidos pide que se suba a 800 dólares el monto que puede importar una persona por paquetería o temas laborales.

A futuro, considera que la administración actual podrá continuar la modernización del TLCAN aun después de las elecciones, aunque se considerará integrar en las negociaciones al equipo de transición del próximo presidente de México.

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