lilia.saul@eluniversal.com.mx

Domitilo Barragán es una de las 12 personas que fue acusada por las irregularidades cometidas por el mal manejo de recursos del Fideicomiso del Bicentenario. A cinco años de haberse llevado a cabo esta festividad en México, Barragán dice que una de sus peores decisiones, pero de la cual no se arrepiente, fue haberse negado a participar en la firma de un nuevo contrato que permitiría que la Estela de Luz tuviera un costo adicional de 13 millones de pesos por concepto de “estudios”, cuando el convenio firmado estipulaba otra cosa.

“Una vez que firmé el contrato con Banjército yo renuncié, porque vi el grupo de gente que entró. El nuevo director de III Servicios me presentó una nueva estimación del contrato por 13 millones de pesos más que lo que venía estipulado. Yo hice un contrato con Banjército por construcción. Y cuando se hizo por 13 millones de pesos más yo no estuve de acuerdo. Les dije que en todo caso se hiciera otro contrato por ese monto para estudios específicos y no mezclarlo con el de construcción.

“Entonces me dijeron que era instrucción de la Presidencia y yo les dije que no me prestaba a ese tipo de cosas. Le dije al arquitecto Castro Benítez: ‘Si tú tienes tanto interés en que se les pague 13 millones de pesos más, entonces fírmalo tú. Yo no voy a firmar otro contrato más o una modificación más’. Y por eso preferí renunciar”, narró a este diario Domitilo Barragán.

Existe al menos una decena de irregularidades que observó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en el Fideicomiso para los Festejos del Bicentenario y hasta la fecha no se han reparado todos los daños.

El gobierno federal, encabezado por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, decidió transparentar el uso de los recursos del fideicomiso, y al desmenuzar cada una de las facturas otorgadas a EL UNIVERSAL se encontraron no sólo irregularidades en la forma en cómo se gastaron los recursos. Se observaron sobrecostos, ejercicio del gasto por parte de empresas inexpertas e incluso fondos no reportados.

Más tarde la ASF también reportó irregularidades efectuadas en dicho fideicomiso.

A través del Banco del Ejército (Banjército) se destinaron los fondos para “planear” con tiempo los festejos patrios.

Sin embargo, entre las decisiones presidenciales, las de funcionarios públicos intermedios y la discrecionalidad con la que se ejercieron los recursos, permitió que se dieran múltiples irregularidades costosas.

Por ejemplo, se autorizaron cuatro millones de pesos para la elaboración de El Coloso de las fiestas patrias, pero la figura terminó arrumbada varios años a la intemperie en una bodega del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Hoy, se encuentra desaparecida.

Desvíos sin responsables

Por los exorbitantes gastos para las fiestas del Bicentenario y la falta de transparencia, hubo funcionarios acusados de corrupción, y aunque se señaló la presunta implicación de Patricia Flores Elizondo, quien fuera jefa de la Oficina de la Presidencia, ella negó las acusaciones.

“Jamás nadie ha presentado un documento, una grabación, algo, alguna prueba que sustente cualquiera de los infundios que se me hacen", dijo Flores en su momento a EL UNIVERSAL.

Domitilo Barragán se sorprende de que la justicia sea desigual para todos. En su caso, no lo han dejado de perseguir hasta su natal Coahuila, donde reside ahora. Sin embargo, afirma que nunca se escondió porque no tuvo nada que ver con los errores cometidos por otros, pues él era uno de los gerentes de III Servicios.

“Lo curioso es que, de los que fuimos demandados penalmente, hay gente que no ha sido molestada”, dijo.

La Estela de Luz, ubicada sobre Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México, tuvo un costo de mil 300 millones de pesos. También se colocaron 34 relojes del Bicentenario, uno por cada entidad federativa, y dos adicionales en la capital del país y en Guanajuato, a un costo de 11 millones 726 mil pesos, cuyo destino se ignora, pues ya no hay visibles varios de éstos. No obstante, la Estela es la que sigue siendo para muchos el emblema de la corrupción.

Google News

Noticias según tus intereses