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Rosario Robles, titular de Desarrollo Social, está empeñada en romper la lógica y los mitos. Plantea que es momento de “democratizar la productividad”, para que “los pobres no sólo vivan de subsidios”.

Para la funcionaria, atender la pobreza en la que viven poco más de 55 millones de mexicanos es un gran desafío, “peca de ignorancia” quien considere que sólo corresponde a Sedesol, es una labor para el Estado mexicano, un esfuerzo intersecretarial. Es una tarea que no tiene color partidario, ni se puede politizar.

Rechaza, por ello, que haya un manejo político de padrones de beneficiarios de los programas y, como prueba, asegura que nadie ha establecido una denuncia en su contra ni de la dependencia.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Robles reconoce que “falta mucho” por hacer. El gran reto es la pobreza urbana, que es al mismo tiempo “muy dolorosa porque confronta y habla de la desigualdad”, donde viven 60% de los pobres.

Acepta que la asignatura pendiente es atender a los jóvenes que ante la falta de oportunidades “los estamos condenando” a que acepten poner en riesgo su vida.

Es sábado, a pocas horas de que se presente ante los diputados electos del PRI. Luce formal, lleva un vestido negro y un saco sastre en blanco. Quien fuera consultora política, ex jefa designada al gobierno del Distrito Federal, además de fundadora y ex presidenta del PRD (cargo que abandonó en 2004), habla relajada desde su oficina en la Sedesol, lo mismo de la pobreza y también de política.

Es firme ante las críticas, explica la reconversión de proyectos y de avances en el combate a la pobreza extrema en 2015.

Ríe cuando se le recuerda que varios de sus antecesores participaron en la carrera presidencial y responde: “No hay nadie de Sedesol que haya llegado a ser Presidente de la República”, más bien, señala: “Me veo con bastantes pocas posibilidades”.

Agrega que no pertenece a ningún partido, que de esa forma, como independiente, “le sirvo mucho al Presidente”.

Refrenda su respeto al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a su presidente Manlio Fabio Beltrones.

Al titular del Ejecutivo, Enrique Peña Nieto, le expresa lealtad y desde ahora su eterno agradecimiento. Hace una pausa y cambia el tono de su voz, él la “valoró y rescató. Le debo que mi madre se haya muerto viéndome reivindicada”, tras los videoescándalos de 2004.

Adelanta que el próximo año la Sedesol no cortará sus programas sociales, y ante el escenario económico, con un presupuesto base cero, recortarán su burocracia. “Nos estamos cortando la mano”.

Desde ahora compromete que al final de la administración en el país no habrá mexicanos en condición de pobreza extrema alimentaria, que se habrán atendido las carencias de 7.1 millones de personas que están en esa condición.

Previo a su comparecencia ante la Comisión Permanente del Congreso dice que habrá diálogo y reflexión sobre este esfuerzo que es de largo plazo, “esto no va a ser de la noche a la mañana, pero hemos ido sembrando entre todos... lograr un México incluyente y un México próspero”.

Reducción de extrema pobreza

Tras la medición de pobreza, se informó que 2 millones de mexicanos se sumaron a situación, pero al mismo tiempo que bajó la pobreza extrema alimentaria. ¿Cómo recibe las dos evaluaciones de Coneval?

—Siempre con mucho respeto a la información que nos proporciona Coneval. Hemos mantenido un diálogo permanente, respetando la autonomía técnica que tiene pero con el objetivo de que sus mediciones, sus evaluaciones nos sirvan para instrumentar políticas públicas, para mejorarlas y de esta manera es que estas nuevas evaluaciones son para nosotros una herramienta para reforzar y mejorar aspectos.

Podemos observar que México no ha podido modificar esta condición de tener al más de 40% de su población en pobreza, porque lo que se necesita es un cambio estructural. Un rediseño de la política social y la protección de los más pobres entre los pobres con la Cruzada Nacional contra el Hambre. Esta evaluación nos habla de que si bien la pobreza aumentó, la pobreza extrema disminuyó y las carencias sociales disminuyeron. Quiere decir que la política social sigue dando resultados en esa materia. Obviamente que la evaluación de la Cruzada Nacional contra el Hambre nos ratifica que la estrategia de focalización de la población objetivo —que implica una coordinación entre 19 dependencias del gobierno de la República, de los gobiernos estatales y municipales— va dirigido a quien tiene que ir, ajeno a cuestiones políticas y electorales.

Que casi uno de cada dos mexicanos esté en condición de vulnerabilidad, ¿qué retos implica para la Sedesol?

—Creo que es un gran desafío para el Estado mexicano, no para una Secretaría, es un gran desafío que tomó el presidente Enrique Peña Nieto como prioritario desde el primer día de su gobierno. No podemos olvidar que la medición que presentó Coneval es una fotografía de 2014, si nosotros vemos la mediciones que trae Coneval de 2015, del índice de la tendencia laboral de la pobreza, vemos que bajó la pobreza. En 2015 estamos en una circunstancia diferente.

¿Qué pasó en el momento en el que midió Coneval?

—Los precios de alimentos básicos subieron, el transporte incrementó alrededor de 23%, muchos de estos precios lo hicieron por cuestiones especulativas. Entonces ahí el reto no es de la Sedesol, es de la Profeco y de la Comisión Federal de Competencia (Cofece), para evitar que sobre todo, en los alimentos haya estos incrementos de carácter especulativo. Pongo el caso del huevo, en el momento en que a través de Diconsa pusimos a la venta mil toneladas de huevo a precio mucho más bajo y que la Profeco dijo que iba a actuar y cerró una tienda por estar vendiendo el precio alto, y la Cofece dijo que iba a intervenir, el precio bajó al día siguiente. Era totalmente especulativo. Todo eso nos pega en términos de medición. Tenemos que trabajar en el ámbito de la economía, de la macroeconomía con un mayor crecimiento, con una mayor generación de empleos, con mayores ingresos, porque el ingreso es el mejor instrumento para romper la pobreza. Debemos trabajar la política demográfica, porque entre 2012-2014 nacieron en condición de pobreza un millón 200 mil mexicanos. Son muchos elementos que tenemos que considerar, porque la Sedesol, por sus reglas de operación, sólo llega a los dos primeros deciles de la población y la pobreza está hasta el sexto decil. Todos tenemos que trabajar y por eso esta coordinación interinstitucional.

La buena noticia es que los más pobres entre los pobres vieron su condición mejorada, menos carencias, nos falta mucho desde luego. Desde luego necesitamos ir que esas personas salgan adelante por su propio pie, generando ingresos, siendo más productivos, romper el mito de que los pobres sólo viven de los subsidios.

¿Dejar la política asistencialista?

—Nos lo piden las mujeres. Hemos ido a comunidades donde nunca había ido un secretario o secretaria de Estado. Ahí las mujeres nos dicen ‘queremos trabajar, no queremos que nos den, queremos trabajar’. Ahora Prospera lo estamos vinculando a proyectos productivos. Por ejemplo, las mujeres en Veracruz, en los Tuxtlas, con el programa Stevia. Estas mujeres están cobrando 5 mil pesos por la producción de stevia adicional a la transferencia monetaria. ¿Qué hicimos? ¿Cuál fue el gran cambio? Decirle a las mujeres: ‘Mientras tu proyecto florece tú vas a tener tu trasferencia monetaria’. Antes, si la mujer mejoraba le quitaban el Oportunidades. ¿Qué es lo que alentábamos? ‘Mejor me quedo de brazos cruzados’.

Entonces, ¿los pobres están condenados a seguir siendo pobres?

—Bueno si no se rompe esta lógica. ¿Qué es lo que planteamos?, la inclusión productiva para que tengan un mayor ingreso, democratizando la productividad. Que no sean nada más los de arriba sino también los de abajo los que producen. Segundo, la inclusión financiera, que estas mujeres tengan acceso al crédito y más barato. ¿Qué hicimos con la reforma financiera? Se fortalece la banca social y entonces a todas las mujeres se les puede dar un crédito a un interés de 9.9% anual. es decir, les bajamos de 48% a 36 % a 9.9% anual. A finales de diciembre tendremos 3 millones de mujeres Prospera incorporadas.

Tras la medición de pobreza el país se parte en dos, ¿Qué opina? ¿Los gobierno estatales ayudan?

—Sigue habiendo dos grandes méxicos, el del norte y el del sur. Quiero señalar que el presidente Peña ha pedido ir más allá de la política social y generar zonas económicas especiales que generen empleos.

¿Qué responde a quienes no creen en la medición de pobreza?

—Si no le creen a Coneval, que tiene tanta credibilidad, entonces ya no sé a quién le vamos a creer. Lo más importante es que vayan a los territorios, a las comunidades, porque además no nos ha importado el color partidario. El gran reto ahora es la pobreza urbana. Tenemos 60% de los pobres en la ciudades. Al inicio de la Cruzada incorporamos ciudades y nos dijeron que era un criterio electoral, la nueva medición de Coneval nos vuelve a dar la razón. Es una pobreza muy dolorosa, porque además confronta, habla de la desigualdad, los que viven en condición de mucha riqueza y mucha pobreza en un solo territorio.

¿Para 2018 habría bandera blanca en la pobreza extrema?

—Estos 7 millones de mexicanos que tomamos estarían básicamente todas sus carencias resueltas, particularmente la de salud, educación, alimentación, calidad en la vivienda y la de servicios básicos.

Hay quien afirma que en la pobreza se genera la violencia, ¿qué opina?

—Esto es una apreciación incorrecta. Nuestra gente, en condiciones de pobreza, es trabajadora y quiere salir adelante por su propio pie. Desde luego cuando hablamos de los contrastes, hablamos de polarización y fractura social, es caldo de cultivo para una condición de pobreza. Si un joven no tiene oportunidad de empleo, de trabajo, de salir adelante y se le presentan otras opciones, nosotros somos los que estamos condenando a esos jóvenes.

¿Hay quienes acusan manipulación de padrones y en el caso de las televisiones que tiene un propósito electoral?

—Al contrario, incluso lo reconocen organizaciones de la sociedad civil, hay transparencia en nuestros padrones. Por primera vez se está hablando de un padrón único de beneficiarios, por lo menos en el caso de Sedesol, ya lo tenemos. Por primera vez estamos haciendo un esfuerzo con gobiernos estatales para integrar padrones y que no haya una duplicidad de apoyos.

Entonces, ¿no hay manejo electoral?

—No hubo denuncias al respecto y las que se presentaron fueron desestimadas por los órganos competentes como es el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Porque además el propio tribunal estableció que las televisiones se siguieran entregando aún en periodo electoral. Nosotros firmamos un convenio con el INE y, aunque la ley no nos obligaba, anticipamos el pago de Prospera y de Adultos Mayores, para evitar tendencias.

Quienes acusan ese manejo electoral, también afirman que tiene otros intereses políticos, ¿qué opina?

—Yo no tengo. Mi mayor interés es servir, mi mayor interés es aprovechar esta gran oportunidad que a mí me ha dado el presidente Enrique Peña Nieto, de ir a transformar la vida de los más pobres entre los pobres, para mí es una segunda oportunidad. Voy a estar aquí hasta que el Presidente lo decida.

Algunos la ven fuera de la secretaría.

—Me ven afuera de la secretaría desde el primer día, bueno pues ya vamos dos años y medio y aquí sigo. Si el Presidente me dice, Rosario necesito hacer ahí un cambio, por las razones que sean, ese día —como se lo he dicho y se lo diré siempre—, yo le estaré eternamente agradecida. Al presidente Peña le debo que mi madre se haya muerto viéndome reivindicada y eso no se paga con nada.

¿Rosario Robles, rumbo a 2018?

—Yo no me veo ahí, porque insisto, yo me veo día a día, y pues no hay nadie de Sedesol que haya llegado a ser Presidente de la República hasta donde sé (ríe)... No necesariamente, ni creo que sea un plataforma natural ni automática, yo creo que quienes estén en la contienda de 2018 serán los que los partidos decidan y que tengan posibilidades de competir y estar realmente en posibilidades de ganar. No me toca, no es mi tarea, yo no estoy trabajando para eso, más bien me veo con bastantes pocas posibilidades. No pertenezco a ningún partido político, no es mi tema, no es mi aspiración, no me duermo pensando en eso. Como dije hace poco, ni me destapo porque hace frío y me enfermo, de por sí siempre traigo gripa [vuelve a reír].

¿Se afiliaría al PRI?

—Creo que le sirvo mucho al Presidente como independiente, como una persona ciudadana, porque eso habla de la intención que tuvo el presidente Peña, de que los programas sociales no estuvieran en manos de alguien de un partido político. Respeto mucho al PRI, a Manlio Fabio Beltrones, hoy presidente del PRI... Creo que le sirvo más a México y al presidente Peña en esta condición de ciudadana.

Para 2016, con el Presupuesto Base Cero, ¿qué desafíos tiene la Sedesol?

—Se hizo una evaluación en la Comisión Intersecretarial de la Cruzada Nacional contra el Hambre y de la evaluación de Coneval para advertir la duplicidad de programas; y con la Secretaría de Hacienda concentrarlos, no desaparecerlos, darles un sentido para que ese dinero, en lugar de irse a la coladera, vaya realmente a fructificar en una mayor productividad. Sedesol no tiene un recorte, mantiene sus programas sociales, tendrá que ser más eficaz en cuanto al uso de estos recursos, lo que sí recorta es el porcentaje de su burocracia y de su aparato.

jram

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