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En lo que dijeron era su cuarta “movilización masiva” en la Ciudad de México en los últimos 25 días, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) regresó con las manos vacías a su plantón en la Plaza de la Ciudadela. A pesar de sus seis horas de actividad continua, la disidencia magisterial no consiguió del gobierno federal ninguna de las metas que había planteado para su actividad en la Ciudad de México.

Para la jornada del miércoles, que comenzó desde las 12:00 del día sobre Paseo de la Reforma, la Dirección Política Nacional de la Coordinadora tenía planteados dos objetivos: conseguir una audiencia con el presidente de la mesa directiva del Senado de la República, el panista Roberto Gil Zuarth, y llegar a la Secretaría de Gobernación para demandar una vez más la instalación de la mesa de negociación con el gobierno federal.

La CNTE utilizó la estrategia de movilización-negociación-movilización para lograrlo: consiguió la entrada de cerca de 40 camiones provenientes de Guerrero, Michoacán, Chiapas y Oaxaca y, en el punto más álgido de su actividad —cuando se reunieron en la escultura de El Caballito y marcharon hacia el Senado de la República—, reunió a 4 mil 200 profesores sobre Paseo de la Reforma, según el reporte de la Secretaría de Seguridad Pública.

Esto quiere decir que sólo para la marcha de ayer llegaron a la Ciudad de México aproximadamente 3 mil profesores, que se sumaron a los cerca de mil 200 que permanecen en el plantón de la Plaza de la Ciudadela desde el 26 de mayo. Sin embargo, no fue suficiente para sus propósitos.

A las 14:00 horas el objetivo era avanzar sobre Reforma hacia Los Pinos; llegaron hasta el cruce con Insurgentes donde fueron detenidos por una valla de granaderos.

A su llegada al Senado de la República, una comisión conformada por 15 profesores de la Comisión Nacional Única Negociadora (CNUN) ingresó al recinto legislativo buscando una reunión con Gil Zuarth para plantearle dos peticiones, de acuerdo con la carta entregada a la oficina del Senador.

La primera fue una audiencia con la Comisión de Relaciones Exteriores, Defensa Nacional y Educación Pública para “exponer puntos de vista nodales con respecto a la reforma educativa” y que la Comisión Permanente del Congreso de la Unión “coadyuve en la apertura de la mesa de diálogo de la CNTE con el Ejecutivo federal a fin de encontrar soluciones al conflicto magisterial”.

Fueron recibidos por los senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Fidel Demédicis Hidalgo, de Morelos; Isidro Pedraza Chávez, de Hidalgo, y Armando Ríos Piter, de Guerrero, quienes ratificaron la promesa que el pasado 25 de mayo les hizo el senador Demédicis de presentar un punto de acuerdo para que el gobierno federal instaure la mesa de diálogo.

Desde ahí, con un contingente más reducido, regresaron los maestros sobre Reforma a la calle de Bucareli para intentar llegar a la Secretaría de Gobernación, donde tampoco fueron recibidos. Lo que sí pasó fue el encapsulamiento sobre esa avenida, para evitar que regresaran a bloquear el tránsito en una de las horas más complicadas para la circulación, y un conato de bronca cuando un grupo de 30 profesores intentó mover las pesadas vallas metálicas apostadas sobre Bucareli, a unos metros del Reloj Chino. La valla se movió 30 centímetros.

Para Adelfo Alejandro Gómez, líder de la Sección 7 de la Coordinadora en Chiapas, la actitud del gobierno federal de no abrir la mesa de negociación con la disidencia es “inexplicable” en el marco de una sociedad democrática.

Pese a lo que consideran una “cerrazón” que persiste desde hace casi un año, continuarán presionando hasta conseguir la mesa y advierten el conflicto magisterial puede escalar.

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