El agente químico utilizado en el ataque contra la ciudad de Jan Sheijun en el noroeste de Siria el martes pasado es gas sarín, aseguró ayer el ministerio de Sanidad turco en un comunicado.

“Según los primeros resultados de los análisis, se han detectado en los pacientes síntomas que hacen pensar que han estado expuestos a sustancias químicas [sarín]”, precisó el texto, al describir los resultados de las autopsias.

Las evaluaciones se realizaron en Adana, una localidad del sur de Turquía, hasta donde fueron llevados tres de los cadáveres desde la provincia siria de Idlib.

Un total de 31 heridos en el ataque fueron trasladados desde la zona, en la región de Idlib, a hospitales turcos en la provincia fronteriza de Hatay, y “tres de ellos, que estaban gravemente heridos, perdieron la vida”, señaló el comunicado, disponible en la página en línea del Ministerio.

El ataque del martes ocurrió apenas a 100 kilómetros de la frontera turca, y el gobierno turco —estrecho aliado de los rebeldes sirios— estableció un centro de descontaminación en pasos fronterizos en la provincia de Hatay.

Horas antes, el ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, afirmó que la autopsia demostraba el uso de armas químicas, pero no había especificado la sustancia usada.

“Este examen científico revela que el presidente sirio, Bashar al-Assad, utilizó armas químicas”, destacó
el funcionario.

“La autopsia se hizo en presencia de autoridades de la Organización Mundial de la Salud [OMS] y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas [OPAQ]”, subrayó el comunicado, agregando que la OPAQ llevará muestras de las víctimas a La Haya, donde tiene su sede, para analizarlas ahí.

“Lo primero que se ha descubierto en la autopsia son edemas en el pulmón, aumento del peso del pulmón y hemorragias. Esta constatación hace pensar que las heridas están relacionadas con el empleo de armas químicas”, según el texto. Un médico sirio, Sajer al Daiu, que atendió a los heridos en un hospital cercano a Jan Sheijun, declaró que se trataba probablemente de gas sarín, dados los síntomas que presentaban los afectados.

El gobierno turco condenó la masacre, que atribuyó de forma expresa a las fuerzas del régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, aunque éstas han negado toda implicación y acusan a los rebeldes.

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