El presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Devin Nunes, se negó ayer a abandonar la investigación sobre los supuestos nexos entre Rusia y Donald Trump que realiza su comité, a pesar de las peticiones de los demócratas al respecto.

En los pasillos del Congreso, reporteros preguntaron a Nunes si se plantea abandonar la investigación sobre Rusia, a lo que el legislador dijo: “¿Por qué debería hacerlo?”. Legisladores demócratas le han pedido que se aparte del caso al considerar que sus visiones han sido influidas por el equipo de Trump, con el que trabajó estrechamente durante la etapa de transición.

“Hemos llegado al punto, después de los eventos de la semana pasada, en los que es muy difícil mantener la credibilidad de las pesquisas si Nunes no se inhibe de la investigación sobre la campaña de Trump o su equipo de transición, del que era parte”, dijo Adam Schiff, el demócrata de mayor rango del Comité de Inteligencia.

La semana pasada Nunes acudió solo a la Casa Blanca y, sin avisar a los miembros de su comité, anunció en una rueda de prensa que había informado al presidente sobre la posibilidad de que sus comunicaciones hubiesen sido interceptadas de manera indirecta. Sin embargo, no reveló dónde obtuvo esa información y sólo dijo que había recibido datos de una fuente anónima con la que se reunió dentro del complejo de la Casa Blanca.

El hecho de que se reuniera con una fuente en la Casa Blanca y luego acudiera allí a comunicar los resultados de su investigación ha despertado dudas sobre su independencia del gobierno, la rama del Estado a la que tiene el deber de vigilar.

El propio Nunes canceló una audiencia pública prevista para ayer sobre la supuesta injerencia rusa en los comicios presidenciales de 2016.

En esa sesión iban a testificar importantes funcionarios que trabajaron en el gobierno del presidente Barack Obama como el ex director de Inteligencia Nacional, James Clapper; el ex director de la CIA, John Brennan, y la ex subsecretaria de Justicia Sally Yates, quien fue despedida por Trump por oponerse al veto migratorio contra países de mayoría musulmana.

Ayer mismo, el ex vicepresidente Dick Cheney fustigó a Rusia ante las acusaciones de que interfirió en las presidenciales de Estados Unidos.

“En algunos lugares, eso sería considerado un acto de guerra”, dijo en Nueva Delhi, donde dio un discurso. El FBI realiza sus propias pesquisas para averiguar si Rusia trató de influir en el resultado de las elecciones.

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