Washington.— El magnate del sector inmobiliario, Donald Trump, y el senador por Texas, Ted Cruz, defendieron anoche, en el cuarto debate presidencial del Partido Republicano, la idea de deportar a 11 millones de indocumentados y celebraron el fallo de una corte de apelaciones contra las órdenes ejecutivas del presidente Barack Obama para aliviar la situación de 5 millones de indocumentados.

“Ayer [lunes] fue un día inolvidable. Estoy feliz por la decisión de la corte de apelaciones de Nueva Orléans, porque tenemos que frenar la inmigración ilegal”, aseguró Trump.

Cruz se dijo harto de que algunos medios lo acusen de ser antiinmigrante por hablar de la necesidad de reforzar la seguridad fronteriza con México y deportar a los indocumentados. “Soy hijo de un inmigrante de Cuba. Y este es un asunto personal para millones de personas preocupadas por el futuro de su trabajo y de la economía”, aseguró.

En cambio, el ex gobernador de Florida Jeb Bush consideró ridícula la propuesta de deportar a 11 millones de indocumentados, “¿Vamos a deportar a 500 mil al mes? ¿Esa decisión refleja los valores que tenemos como nación?”, se preguntó Bush, quien insistió en su propuesta de permitir que los inmigrantes que no tengan un récord criminal, que paguen una multa, sus impuestos y aprendan inglés puedan tener acceso a un estatus migratorio legal. A esta posición se sumó el gobernador de Ohio, John Kasich.

Trump y el neurocirujano Ben Carson, quien compite con el magnate por el primer lugar en las encuestas, coincidieron en el rechazo a elevar el salario mínimo. “No podemos elevarlo [el salario] si queremos competir con el mundo”, dijo Trump. Del mismo modo opinó el senador por Florida, Marco Rubio.

En este encuentro, realizado en el Milwaukee Theatre y organizado por Fox Business y The Wall Street Journal, participaron también la ex consejera de Hewlett Packard Carly Fiorina y el senador por Kentucky Rand Paul.

Con información de agencias

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