El cardenal Jaime Ortega, máxima autoridad católica en Cuba, tendrá el privilegio de haber recibido en su país la visita de tres Papas consecutivos con la llegada de Francisco, además de lograr un hueco en la historia por su papel en los contactos que dieron paso al deshielo con Estados Unidos.

Ortega, arzobispo de La Habana, junto al presidente Raúl Castro, serán los anfitriones principales de Jorge Bergoglio, quien aterrizará este sábado en la isla como "Misionero de la Misericordia" en su primera visita al país, que durará hasta el 22 de septiembre, cuando partirá rumbo a EU.

En los últimos 17 años, el cardenal Ortega ha vivido la histórica visita de Juan Pablo II, en 1998, y la de Benedicto XVI, en 2012, quienes viajaron a la isla como "Mensajero de la Verdad" y "Peregrino de la Virgen de la Caridad" respectivamente.

La visita de Francisco se produce cuando el prelado cubano, de 78 años, acumula ya 51 de sacerdocio, 35 como obispo y 20 desde que se convirtió en el único cardenal con el que cuenta Cuba en el Vaticano.

El deshielo con EU no ha sido el único acontecimiento importante de la isla en el que Jaime Ortega ha desempeñado un rol destacado: como máxima autoridad de la Iglesia católica de la isla medió con el Gobierno de Raúl Castro para liberar presos, unos indultos que se han producido con todas las visitas papales.

Con motivo de la visita de Francisco, Cuba inició esta semana la excarcelación de 3 mil 522 indultados, una de las mayores liberaciones durante la revolución castrista.

En un lugar especial figura el inédito proceso de diálogo que quedó abierto entre la Iglesia católica y el Gobierno al más alto nivel cuando en el año 2010 el cardenal Ortega intercedió ante el presidente Raúl Castro para poner fin a los acosos y actos de repudio contra el grupo disidente "Damas de Blanco" y liberar a prisioneros de conciencia.

Fruto de esa mediación fue la excarcelación de 126 presos políticos entre 2010 y 2011, proceso que fue apoyado por el gobierno de España, que acogió a más de 100 excarcelados con 647 familiares.

Esa cifra total incluyó a los 52 prisioneros que aún permanecían en la cárcel del llamado "Grupo de los 75", como se conoce a los opositores que fueron condenados a penas de hasta 28 años en la ola represiva de la Primavera Negra de 2003.

Desde entonces surgió una etapa de distensión en las relaciones entre la Iglesia católica, con Ortega al frente, y el Estado cubano, después de décadas de crisis, desencuentros, altibajos y tensiones desde los primeros años del triunfo de la Revolución en 1959.

El cardenal Ortega como máximo representante de la Iglesia católica en la isla ha adquirido un renovado rol como interlocutor ante las autoridades de la isla, donde se han abierto espacios de intercambio y diálogo sobre temas como la diáspora y la reconciliación entre cubanos de fuera y dentro del país, entre otras cuestiones.

Producto de ese diálogo con el Gobierno, en los últimos años se ha logrado la devolución de cerca de un centenar de templos e inmuebles que fueron expropiados por la Revolución, así como la apertura de una nueva sede para el Seminario San Carlos y San Ambrosio, la primera construcción de la Iglesia católica desde 1959.

Más recientemente, tras el anuncio el 17 de diciembre de 2014 de que Cuba y Estados Unidos habían decidido poner fin a 54 años de enemistad, se conoció que las conversaciones secretas que mantuvieron durante 18 meses contaron con el apoyo de la diplomacia Vaticana y el papa, y también con la colaboración de Ortega.

Nacido el 18 de octubre de 1936 en la localidad de Jagüey Grande, Matanzas, estudió teología en el seminario de San Alberto Magno, de esa provincia y en el seminario de Sacerdotes de las Misiones Extranjeras de Québec, en Canadá.

Ordenado sacerdote el 2 de agosto de 1964, el ministerio del joven Ortega se vio interrumpido un año después al ser internado en uno de los campos de trabajo de las llamadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP) que el Gobierno cubano mantuvo hasta 1968, donde eran recluidos básicamente jóvenes que se negaban a cumplir el Servicio Militar Obligatorio.

En diciembre de 1978, Ortega fue designado obispo de Pinar del Río y desde el 20 de noviembre de 1981 es arzobispo de la Archidiócesis de San Cristóbal de La Habana.

El cardenal presidió la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, de 1988 a 1999, y ha participado en dos cónclaves, en los que se eligieron a Benedicto XVI, en 2005, y a Francisco, en 2013.

En 2011, pidió su renuncia al papa como arzobispo de La Habana, al cumplir 75 años, la edad preceptiva que establece la legislación canónica, pero no le fue aceptada.

En la Curia forma parte de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, es autor del libro "Te basta mi gracia", doctor "honoris causa" por varias universidades y recibió la Orden de Isabel la Católica, que le concedió el Gobierno de España en 2011.

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