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L. M. Oliveira había reflexionado sobre la tolerancia que aún le parece un asunto fundamental para la democracia, pero ahora plantea un nuevo debate sobre otro asunto que le parece todavía más grave: la humillación. “No sé si la humillación contra los migrantes es la peor, pero al menos es un espejo clarísimo. Tendríamos que tener un pudor absoluto, una vergüenza absoluta porque nos quejamos de Donald Trump y no volteamos a ver lo que hacemos con los centroamericanos, nos debería de dar una vergüenza absoluta”, afirma.

El ensayista, narrador y filósofo recién ha publicado Árboles de largo invierno. Un ensayo sobre la humillación (Almadía, 2016). En ese libro asegura que la humillación es caldo de cultivo para la violencia. “Somos de un doble estándar, tenemos una doble moral impresionante, estamos cometiendo una masacre absoluta en nuestro territorio con los otros y nos quejamos del discurso populista de Trump. Tenemos razón de quejarnos de ello, sin embargo por qué no nos damos cuenta de que nosotros somos iguales o peores, nos quejamos de los muros que quiere levantar y queremos que construya puentes, y sin embargo en todas nuestras ciudades todos los días se levantan cualquier cantidad de muros”.

Luis Muñoz Oliveira llama a los mexicanos a empezar a pensar en que tenemos que tender puentes en lugar de construir muros. “La sociedad mexicana es profundamente hipócrita, siempre está llorando de lo que nos hacen pero no nos damos cuenta de lo que nosotros hacemos, es una cosa que tenemos que reflexionar porque nuestro trato a los migrantes es despreciable”.

Oliveira dice que una herramienta para contrarrestar la humillación es la educación y ante todo la educación pluricultural. “Necesitamos una educación distinta, yo digo que lo cultural también implica hacer un esfuerzo de políticas públicas para que los distintos se junten, para que los distintos convivan, pero eso sólo puede venir a partir de un esfuerzo decidido del Estado”, señala.

A la pregunta de si los mexicanos estamos preparados para este debate sobre la humillación, L. M. Oliveira afirma categórico: “Más nos vale. A veces hay que poner los debates aunque no estemos preparados y nos vayamos preparando en el camino, lo mismo pasa con el debate sobre el uso de las drogas, o sobre los matrimonios igualitarios, a veces parece que la sociedad no está preparada pero más vale poner los temas en la mesa y ya se irá preparando la sociedad en el camino porque si no tendremos que esperar mucho tiempo o nunca llegaría el debate”, concluye.

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