El escritor mexicano Gustavo Sainz (1940-2015), quien murió el pasado 26 de junio, será recordado por Ignacio Trejo Fuentes, Luz Elena Gutiérrez de Velasco, Hernán Lara Zavala y Sara Poot Herrera, este domingo en la Sala Manuel M. Ponce el Palacio de Bellas Artes.

A tres meses desde el fallecimiento del narrador, figura clave de la literatura mexicana por renovar junto con José Agustín y Parménides García Saldaña la narrativa mexicana en la segunda mitad del siglo XX, será homenajeado por colegas y amigos.

En declaraciones difundidas por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el escritor Ignacio Trejo Fuentes recordó que Sainz incorporó nuevas temáticas al llevar a los jóvenes urbanos a la novela y el cuento.

Consideró que su primera novela Gazapo (1965) “tiene una estructura técnicamente llamativa hasta la fecha. Después fue evolucionando y experimentó otros temas y estéticas”.

Sainz publicó más de 20 libros entre ellos La princesa del Palacio de Hierro (1974), con el que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia, Obsesivos días circulares (1969), Compadre Lobo (1977), A la salud de la serpiente (1991) y A troche y moche (2003), que obtuvo el Premio Nacional de Narrativa Colima para Obra Publicada.

“Creo que Sainz ha sido el mayor experimentador de las formas narrativas de la literatura no solo mexicana, sino hispanoamericana. Libros como A la salud de la serpiente, Salto de tigre blanco y La muchacha que tenía la culpa de todo son difíciles de comprender para el común de los lectores. Sin embargo, por su estructura, técnica y lenguaje, son perfectos”.

Trejo Fuentes indicó que en la década de los 60 la literatura mexicana se refrescó con la publicación de Gazapo, de Sainz; La tumba (1964), de José Agustín, y Pasto verde (1968), de García Saldaña.

A estos autores, Margo Glantz los bautizó como la generación de la Onda, nombre que rechazaron. “Los críticos serios entre comillas decían: ‘Esto no es literatura, no interesa’. Sin embargo, era algo muy importante: estaban abriendo puertas que después serían aprovechadas por muchos autores”, indicó Ignacio Trejo.

Destacó la importancia de recordar a Gustavo Sainz, no solo por la importancia de su obra narrativa, sino por su labor como difusor de la cultura en varias de sus manifestaciones.

“Gustavo Sainz inventó algo que ahora parece asombroso que no existiera: las presentaciones de libros que conocemos en estos días. Antes, si un autor publicaba su novela, invitaba a sus amigos y a su familia a su casa o a un bar y nada más. No había prensa, ni otro público”, recordó.

El escritor Gustavo Sainz vivió los últimos años de su vida en Estados Unidos, donde se desempeñó como profesor universitario y publicó parte de su obra, sin dejar de tratar asuntos mexicanos. Murió el 26 de junio de 2015, días antes de cumplir 75 años de edad.

kal

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