La misión ExoMars comenzará a mediados de marzo la fase de frenado del satélite para el estudio de Gases de Traza (TGO), que deberá llegar a lo largo del año a una órbita a 400 kilómetros de Marte desde la que podrá hacer las investigaciones de la atmósfera del planeta rojo.

El director del Departamento de Sistemas de Ingeniería de Suelo del centro de control de operaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA), Juan Miró, dijo a EFE que el satélite está ahora en una órbita elíptica que completa en 24 horas y que para hacer ciencia es necesaria una órbita circular que recorra en hora y media, similar a la de la Estación Espacial Internacional respecto a la Tierra.

"Para ello será necesario frenar al satélite cada vez que pasa por la atmósfera de Marte y así lograr en un año una órbita circular con buena visibilidad de la superficie y dentro de la atmósfera para realizar el análisis del metano", según Miró.

El ingeniero barcelonés añadió que se prevé que la fase de frenado del satélite Exomars TGO (Trace Gas Orbiter) empiece el 15 de marzo y continuará a lo largo de 2017 hasta principios del 2018.

"Durante esta fase el equipo de mecánica de vuelo en el centro de operaciones tendrá que diseñar las maniobras y medir la órbita repetidamente para asegurar que la altitud no disminuya demasiado o demasiado rápido, pues la fricción con la atmósfera podrá variar de una órbita a la siguiente debido a cambios atmosféricos por tormentas de polvo o actividad solar", señaló Miró.

Cada vez que ExoMars llega a la atmósfera de Marte, los ingenieros de vuelo colocan los paneles solares de forma perpendicular a la dirección del movimiento para aumentar el rozamiento con la atmósfera y el frenado hasta llegar a la órbita circular, dijo Miró, que explica que es algo similar a intentar abrir las puertas de un coche en movimiento, se produce gran resistencia.

Se trata de una técnica de frenado por rozamiento con la atmósfera que ya ha utilizado la agencia espacial estadounidense NASA pero que ESA todavía no lo ha hecho.

ExoMars es un doble proyecto internacional dirigido por la ESA en cooperación con la agencia rusa Roscosmos.

A finales de octubre del año pasado el satélite para el estudio de Gases Traza fue capturado por Marte tras separarse del módulo Schiaparelli, que acabó estrellándose sobre la superficie marciana.

En 2020 se lanzará un módulo de aterrizaje ruso y un rover europeo, que perforará la superficie del planeta hasta una profundidad de dos metros en busca de materia orgánica pura.

La ESA dio hoy una rueda de prensa en su Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) en la localidad alemana de Darmstadt para presentar los lanzamientos de este año en el que se cumplen cincuenta años de su creación.

El director de ESOC, Rolf Densing, dijo que este año se van a lanzar tres satélites Sentinel de observación de la Tierra, del programa Copérnico.

La ESA va a lanzar el 7 de marzo el Sentinel 2B, a comienzos de junio el Sentinel 5P y en noviembre el Sentinel 3 B, añadió Densing.

Estos satélites proporcionan imágenes de diferente tipos oceánicas y terrestres y proporcionan datos para la vigilancia de la composición atmosférica.

Densing añadió que estos satélites permiten hacer predicciones meteorológicas, de incendios y de cosechas, de manera que facilitan la prestación de ayuda humanitaria en situaciones de crisis y contribuyen a reducir los daños económicos.

jpe

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