Si tienes las ganas de probar invirtiendo y no sabes todavía cómo, un fondo de inversión puede ser tu opción… o no. Todo depende de ti y de cómo quieres invertir tu dinero. Primero, lo básico. ¿Qué es? Un fondo de inversión es un instrumento que permite a varios inversionistas hacer crecer su dinero. Digamos que es una canasta en la que se va a juntar el dinero de varios y con ese recurso se va a comprar cierto tipo de valores. El tipo de valores depende del tipo de fondo que sea.

“Es un vehículo o instrumento de inversión colectivo el cual junta el ahorro de varios participantes para poder acceder a instrumentos del mercado”, explica Omar Morales, director de fondos de renta variable de Principal Financial Group. Hay distintos tipos, pero los principales son los de renta fija (bonos principalmente gubernamentales) y de renta variable (acciones de empresas por ejemplo).

A través de estos instrumentos los pequeños inversionistas pueden acceder a valores que de otra manera serían poco accesibles, además de que también permiten diversificar la inversión. Por ejemplo: Si tú quieres comprar una acción de mil pesos —pero sólo tienes 100 pesos—, de manera directa te sería imposible hacerlo.

Sin embargo, si tú compras una acción de un fondo que invierta en un grupo de acciones en específico, podrás acceder a esta acción y a todas aquellas en las que invierta ese instrumento. Las combinaciones son infinitas. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores tiene contabilizados en su buscador poco más de 3 mil fondos, así que tienes de donde escoger.

“La ventaja que tiene un fondo de inversión es que tú comprando una acción tienes acceso a una diversificación mucho más grande de la que tú lograrías individualmente”, explica Omar. Siguiendo el ejemplo de 100 pesos, con esta cantidad podrías comprar una acción de un fondo que invierte en seis empresas. Si hubieras comprado una acción de cada una seguramente hubiera salido mucho más caro y se hubiera convertido en inalcanzable.

Un instrumento de este tipo te permite lograr uno de los aspectos más deseados de toda inversión: La diversificación. Ésta es lo que comúnmente se conoce como no poner todos los huevos en la misma canasta.

Por dónde empezar

La primera pregunta —como todas las inversiones— que tienes que hacerte es: ¿Para qué quieres invertir? “Lo de ley es el horizonte y para qué quiero el dinero”, explica Sonia Sánchez Escuer, especialista en finanzas personales y autora de Diario de una oveja financiera.

Es importante que primero definas tu horizonte de inversión, es decir, el tiempo que estás dispuesto a mantener esa dinero ahí.

¿Qué quieres comprar, una casa? ¿Un coche? ¿Lo quieres como un vehículo de inversión para tu retiro? Dependerá de ese horizonte el tipo de fondo que vas a escoger.

“Tienes que tener bien claro para qué quieres invertir, porque si lo haces por hacerlo nada más, es muy probable que cuando venga un jalón de tapete, cuando bajen las acciones y tu fondo tenga una minusvalía, te vas a apanicar y vas a querer salir. Lo primero es armar una estrategia”, explica el especialista.

Depende de para qué lo quieras, será el plazo al que escojas el fondo. Hay algunos de liquidez prácticamente diaria, pero hay otros que no te dejan sacar el dinero hasta después de un tiempo determinado. Las definiciones varían, pero aproximadamente corto plazo son periodos de uno a tres años; mediano plazo de tres a cinco y largo plazo de más de cinco.

“Necesitas tener compromiso con la estrategia. Si quieres invertir de aquí a cinco años y ya lo decidiste, entonces puedes continuar con tu estrategia”, explica Sonia.

Seguramente quieres mayores rendimientos con poco riesgo. Todos lo quieren, pero es lo mismo que querer comer muchos tamales y no engordar, o sea, es prácticamente imposible. Tienes buscar la forma para minimizar el riesgo analizando cada fondo, revisando su calificación, qué valores invierte, el plazo y los rendimientos históricos que ha tenido.

Y una recomendación muy importante es: diversifica tu inversión. Esto te ayudará a mitigar el riesgo.

“Puedes diversificar ya sea con varios fondos o que el fondo que escojas en su estructura esté muy diversificado, es decir, que invierta en muchos instrumentos”, explica Sonia. Si tu portafolio tiene oro y petróleo, por ejemplo, la subida de precio del oro podría amortiguar la caída de los precios petroleros de las últimas fechas, por poner un ejemplo.

También considera que puedes escoger uno o varios fondos para distintos horizontes de inversión. Uno que te ayude a ahorrar para tu retiro (o dos o los que quieras) y otros para alguna meta a mediano plazo.

“Si los empiezas a combinar, que es donde se puede obtener un mejor potencial en términos de construcción de portafolio, tienes más ventajas porque tienes más exposición a distintos instrumentos”, asegura el especialista de Principal Financial Group.

A las inversiones hay que alimentarlas de manera constante (incluso algunas instituciones te obligan a ello) y depositarle mes con mes o al menos de forma periódica. Para asignar la cantidad a depositar en esta inversión tienes que tomar en cuenta que ésta será dinero que no te va a hacer falta en el plazo inmediato.

“Este dinero no lo vas a ver dentro de cinco años o el plazo que te propusiste, así que piensa en ni siquiera contar con él durante el tiempo de inversión”, asegura Sonia.

Es imposible asegurar que existe el mejor fondo —e incluso no lo es el que da mayores rendimientos— precisamente porque un instrumento de este tipo tiene que ajustarse a las necesidades de quien lo compra.

Sal de compras

La CNBV ofrece tiene un buscador de fondos, el cual ofrece información respecto de las características particulares de los fondos; composición de las carteras de valores; comisiones y gastos; rendimientos históricos; parámetros descriptivos de la gestión y los documentos que los fondos están obligados a generar.

Este buscador te permite buscar por operadora, clasificación y clave de pizarra —una clave que identifica al producto en específico— y comparar el rendimiento, riesgo, comisiones y distribución de cartera por sectores hasta con otros cuatro instrumentos más. Si tecleas en Google “buscador CNBV” será el primer resultado que aparezca. Es necesario que la operadora (la institución que se encarga de administrar el fondo) en la que planees invertir esté regulada por la CNBV, así que revísalo antes.

Tu tolerancia

Es muy importante que tomes en cuenta tu perfil de inversionista. Éste es el conjunto de características que van a definir la forma en la que te es más cómoda invertir. Es decir, son tus objetivos de inversión (para qué quieres el dinero); el plazo al que estás dispuesto a mantener esta inversión y qué tanto conocimiento tienes de este tipo de inversiones. Conociendo estas características, es también mucho más fácil seleccionar tu estrategia de inversión. Y esto también tiene que ver con la aversión que tienes al riesgo, es decir, cuánto lo toleras.

“El riesgo es lo primero, lo segundo y lo tercero”, asegura Carlos Ponce —un especialista bursátil que ha trabajado en varias instituciones como Ixe, Santander y GBM— en su libro El riesgo es no invertir en Bolsa, para referirse a que es necesario priorizar el riesgo sobre el rendimiento. Todos queremos tener más dinero pero si el que el mercado suba o baje va a hacer que te la pases mal, es mejor darle prioridad al riesgo que a las posibles ganancias que pudieras obtener. Si tu fondo es de renta variable y al primer bajón de la bolsa te vas a sentir incómodo y vas a querer correr a sacar el dinero, olvídalo. Busca otro instrumento que se adapte a tu aversión al riesgo, recomienda el analista.

Ten en cuenta que las operadoras van a cobrarte comisiones por retiro, depósito, y en general, por varios movimientos.

Los riesgos que se corren al invertir en un fondo son similares al que se tiene al invertir en bolsa, pero la diferencia es que en estos instrumentos están diversificados y son administrados por expertos en la materia, explica la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

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