Cerramos 2017, uno de los años más complejos para nuestro país, debido en parte al contexto internacional adverso que enfrentamos, con la llegada al poder de un presidente estadounidense que claramente se había manifestado en contra de México; con una economía adversa y agravada por las decisiones de una administración que no ha sabido ser cercana a la gente; con una creciente inseguridad, violencia contra mujeres, niñas, periodistas y familias, víctimas colaterales de la falta de estrategia y visión para traer tranquilidad y certidumbre a los hogares mexicanos.

El pasado fue sin duda alguna un año doloroso para muchos mexicanos, de pérdidas de vidas y de patrimonio. Sin embargo, en medio de esta adversidad, los ciudadanos nos reencontramos nuevamente, nos unimos y dimos la mano, al ver una vez más nuestro dolor reflejado en el rostro ajeno, que nos llevó a redescubrir nuestra hermandad y nuestro lado solidario.

El 2017 fue de aprendizaje, porque reconocimos que hoy más que nunca las cosas ya no pueden seguir igual, por lo que muchos decidimos hacer todo a nuestro alcance para cambiar el rumbo de nuestro país. Desafortunadamente en el camino muchos abandonaron el barco, pero también encontramos a más gente convencida de que aún podemos sacar adelante a nuestro país, que podemos transformarlo si trabajamos unidos y en la misma dirección.

Para muchos de nosotros han sido 12 meses de definiciones, en donde las difíciles circunstancias del país nos llevaron establecer posiciones y a definir hasta dónde estamos dispuestos a sacrificar los intereses personales por los de nuestro país, sin dejar de lado nuestros ideales; por el contrario, defender nuestros sueños y anhelos en colaboración con otros, respetando la individualidad y las diferencia, para convertirnos en un México verdaderamente incluyente y plural.

Cerramos 2017 con cimientos bien sentados, con objetivos claros y reales, y en unidad de fuerzas para este 2018. Queremos que el año que comienza sea el parteaguas entre el México individualista, de incertidumbre, pobreza, inseguridad, violencia y de estancamiento, y el México de pie, despierto, de voz fuerte, democrático, próspero, seguro y respetuoso de las leyes que los derechos humanos. Queremos que el próximo sea un año en el que los mexicanos retomemos las calles para caminar sin miedo, un año en el que nuestros jóvenes tengan opciones, tanto educativas como laborales, y donde se comience a cerrar la enorme brecha entre ricos y pobres.

Este año termina con la esperanza de que el próximo será mejor, porque muchos de nosotros hemos estado trabajando para que nuestros sueños y anhelos se hagan realidad. Es por eso que junto con otros partidos construimos un Frente Por México, y ahora para el proceso electoral más importante de nuestro país conformamos la coalición Por México al Frente, porque como su nombre lo indica vamos a anteponer el país a todo proyecto personal o partidista.

En 2018 hagamos las cosas diferente y aprovechemos que se abre la puerta para que saquemos todo lo que le ha hecho daño a nuestras familias: la corrupción, pobreza e inseguridad que ya conocemos y que no es una opción para el desarrollo del país; y los proyectos personales y añejos que dejan de lado las libertades y derechos de las minorías, porque frente a nosotros, frente a nuestra nación nos aguarda ya un futuro que nos exige el esfuerzo y trabajo de muchos, con un solo objetivo: el bienestar común de todos y para todos sin exclusión alguna.

Ahora que terminó este 2017, agradezco a todos los que han confiado en que sí es posible cambiar el rumbo de nuestro país y deseo para este año que viene salud, prosperidad, amor y todo lo mejor para sus familias. Que sea un año en el que reiteremos nuestro compromiso para ser mejores, por nosotros, por nuestras familias y por nuestro país. Que sea un buen y feliz 2018 para todas y para todos.

Precandidata a la Jefatura de Gobierno de la CDMX

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