Atlanta.— A juzgar por el ruido en las gradas, era difícil identificar si el Super Bowl LIII se jugó en el Mercedes-Benz o el Gillette Stadium, por el alboroto que causó la multitud que apoyó a Patriots que hicieron parecer Atlanta como otra colonia conquistada, tal cual pasó con Nueva Inglaterra.

Siempre que Brady era enfocado, la gente provocaba truenos de aplausos, mientras que los abucheos aparecían cuando apenas algún jugador de Rams salía en pantalla.

Con sus seis trofeos Vince Lombardi, los Patriots no sólo son dueños de la preferencia de la afición millennial sino que ya están enamorando a la Generación Z.

Los Pats volverán hoy a Boston, donde mañana se celebrará el desfile por la ciudad que comenzará a las 11:00 horas local y recorrerá las principales calles de la urbe que hace varios años se avergonzaba de su equipo de futbol americano.

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