Una buena parte del americanismo continúa a disgusto con lo que ha armado la directiva y mantiene la desconfianza de los alcances que pueda tener este equipo en el tercer torneo de como entrenador, a quien le recuerdan que además de comenzar a cosechar los triunfos que le permitan clasificar a la Liguilla, no hay otro objetivo que no sea el título.

Eduardo Bacas

es de los extranjeros que, como refuerzo, más títulos le ha dado al América. En los ‘80, el tucumano ganó el tricampeonato con las Águilas y a la distancia, lamenta que a este equipo de Solari no se le vean tamaños para ser campeón.

“Ojalá me equivoque, pero creo que con Solari el América no dará más. No sabe jugar la Liguilla y no ha entendido que en México, ese es el torneo que vale. No sé si no la sabe jugar o no tiene jugadores de calidad para dar ese paso”, dijo el exatacante, a quien le duele ver a unas Águilas, “mezquinas, lo que pasó con Pumas no es el América que debe ser. No fue atrevido en la ida, y cuando quiso, no pudo en la vuelta”.

Sobre las contrataciones que ha hecho el club en la época de Santiago Baños como presidente deportivo, tiene una opinión que coincide con las manifestaciones de diferentes grupos de aficionados americanistas en las últimas semanas.

“Creo que la llegada de la Inteligencia Deportiva a los clubes, a veces hace más mal que bien. En mi época no existía eso, había directivos como Panchito Hernández, que iban a buscar al jugador y se tomaban un mes para conocerlo, saber de sus antecedentes, cómo vivía, de dónde venía. Yo me enteré de que iba al América acabando un partido con el Rosario, no sabía que estaban tras de mí, pero cuando hablé con Panchito, me dijo que tenía un mes investigándome, que había ido con mis papás, mis hermanos, a mi pueblo en Tucumán”.

Lo peor, señala el exatacante de las Águilas , es que “hoy contratan por internet... Y así no se puede buscar lo que se quiere”. El sentir de Bacas es el mismo de un importante número de americanistas que espera que Solari y este equipo tengan la capacidad de convencerlos de que pueden dar mucho más, aunque por ahora no lo sientan así.

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