La “es una gran idea, un gran esfuerzo de los directivos para dar entrada, para dar espacio a las mujeres que quieren ser profesionales el futbol”, pero… En la misma liga hay desigualdades, cuestiones graves que hacen que llamarla profesional sea muy complicadas: “Hay jugadores que no tienen ni para comer”.

Balbina Treviño fue jugadora de la Liga MX, jugaba como portera, militó en Necaxa y Monterrey, pero desde que estaba en la liga, levantó la voz, se dio cuenta de muchas injusticias que habitan en este universo: “No nos confundamos, la liga es una gran idea, un gran paso hacia adelante, un gran proyecto, pero estas cosas no se deben de tolerar, hay que trabajar, jugar en dignidad”.

La historia de la exportera es similar a muchas de las mujeres que abrazaron al futbol como el deporte de sus vidas: “Jugaba en el parque con los vecinos, pero formal nunca me dejaron pertenecer a un equipo de hombres, ni mi papa, ni los entrenadores. Hasta el quinto de primaria abrieron un el equipo femenil y de ahí”.

Para que en su casa, en su escuela, en su barrio la dejaran de ver de forma extraña, pasó mucho tiempo: “Me gusta el futbol y no lo quería dejar de hacer. Encontré cierta resistencia de parte de mi familia. Mi mamá siempre me apoyo, aunque no le gustaba mucho, mi familia siempre respaldó mi carrera. Al principio había ciertas dudas por el deber ser, por el qué dirán. No dejaban de gritar ‘vete a la cocina’, lesbiana, marimacha, en fin… Nada fuera de lo que hayan sufrido otras mujeres”.

Llegó la Liga Femenil a su vida, “comencé tarde, primero estudié, tenía, tengo el apoyo de mi familia, ya llegué a una edad, ciertamente mayor. La Liga Femenil es un acierto, va de acuerdo a los tiempos, a la evolución, al progreso, eso merece una felicitación,, pero hablando de condiciones, la realidad es que se trabaja como si fuera una escuelita, está en la estructura de fuerzas básicas, y ahí se justifican los clubes para lo que se paga. Hay muchas limitantes en el sueldo, en las prestaciones, falta de aguinaldo, de consideraciones básicas”.

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Pero todo eso queda de lado, cuando la pasión gana, cuando las ganas de jugar son más grandes que todo: “Cuando firmé contrato con Necaxa, estábamos en un auditorio; estábamos todas en un gimnasio, y nos entregaron un contrato: ‘a ver, todas, lo firman y lo entrega’, nos dijeron. Yo era mayor de edad, con estudios como te decía, y cuando termino de leerlo me preguntan: ‘¿entonces lo firmas o no’, y contesté: ’La experiencia profesional me lleva a decirles a todas que no se debe firmar, porque es abusivo, pero si se quiere jugar futbol, lo tengo que firmar y aquí está’. La ecuación es sencilla, si no quieres firmar no pasa nada, hay 200 niñas que lo harán, y están en fila esperando”.

Los sueldos son indignantes en algunos clubes: “Empezó en 2 mil pesos mensuales. Licha (Alicia) Cervantes no quiso seguir porque no le alcanzaba para el transporte. Daniela Pulido ganaba 4 mil pesos y no le alcanzaba para comer y para el transporte. Hay jugadoras que se preocupan por que no saben lo que van a comer mañana”.

Hay varias historias que tiene la misma dirección: “En Necaxa tenía entrenamientos complementarios, llegabas más temprano para trabajar en el gimnasio, y estar en mejor forma, pero no todas llegaban. Cuando le preguntaba a mis compañeras porque no venía, para motivarlas, para que el equipo estuviera mejor, me decían: ‘No me despierto para que no me dé hambre… Me tomo dos litros de agua para aguantar y que no me dé hambre’… En serio, creo que las personas que están al frente de esto no se dan cuenta, pero cuando hay triunfos ahí estaban para felicitarte”.

Entre algunas colegas del equipo, “conseguimos juntar dinero y darles una especie de beca a las chicas para que tuvieran que comer, pero no se trata de eso, las condiciones a veces son deplorables, y sigue pasando. La gente piensa que Chivas está muy bien, pero siguen pagando sueldos de cuatro mil peso.”.

Su recomendación es que Las chicas estudien antes de jugar, que tengan una base para saber qué pelear y para seguir su camino si no se puede encontrar buenas condiciones en el futbol. Ojo, nadie está pidiendo los millones que le dan a los hombres, sólo que te paguen lo necesario para sobrevivir de esto. Cuatro mil pesos no te da para sobrevivir”.