En 1981 la Serie Mundial llegó a Los Ángeles como este año: En un momento de emergencia para Dodgers, en una temporada llena de ellas.
Hace 37 años, para ser exactos, el 23 de octubre de 1981, los Dodgers regresaron a casa para disputar el Juego 3 de la Serie Mundial arrinconados por el par de derrotas que sufrieron de visitantes en la costa este de Estados Unidos.
El guion de la misma película pero con reparto distinto.
En aquella edición contra Yankees, los californianos se encomendaron a un novato como lo harán hoy contra Red Sox cuando suba Walker Buehler al montículo.
De 24 años de edad, Buehler se convertirá en el abridor más joven en una Serie Mundial desde Fernando Valenzuela en 1981.
¡Bingo!
El Toro
, fue el hombre, en realidad niño (2o años), en el que el manager Tony Lasorda confió para no ponerse a tiro de gracia en la Serie Mundial, pues en la historia de Clásico de otoño, ningún equipo se ha logrado levantar de un déficit de tres juegos.
Esa tarde noche en Los Ángeles, el Toro protagonizó una de las actuaciones más inspiradoras, poco probables y fundamentales en todos las Series Mundiales.
La hoja de anotación o boxscore es una historia corta para contar la labor de Valenzuela , quien en nueve innings aceptó cuatro carreras, nueve imparables, siete bases por bola y ponchó a seis Yankees. Pero repito, los números quedan cortos para describir al mexicano que encendió el motor de los Dodgers que no paró hasta obtener las siguientes tres victorias.
¡Momento! Justo lo que necesitan hoy Los Ángeles.
Fernando Valenzuela
estará en Dodger Stadium desde la cabina donde transmite los juegos en español, la afición espera que su espíritu contagie a Buehler en su primera apertura de Serie Mundial.