La trascendencia del hallazgo es inmensa. La versión oficial postuló que todos los estudiantes habían sido reducidos a cenizas en el Basurero de Cocula; sólo se acotó esta posición cuando el GIEI evidenció que la prueba científica no la sustentaba. El hallazgo de un resto óseo en un lugar diverso termina por confirmar que la PGR forzó la evidencia para situar a todos los normalistas en un solo paradero final y así ofrecer una versión que cerrara políticamente el caso.