La proporcionalidad de los escaños con los votos siempre ha sido un objetivo expreso de las normas y de la jurisprudencia que han regulado a la representación en México. Así de sencillo.

El régimen de López Obrador ha venido instrumentando una permanente y progresiva vulgarización, reducción y simplificación del lenguaje político, que claramente pretende imponer un único modo de razonar y discutir los temas públicos.