
Temió perderse en tritonos diabólicos y atonías abominables. Intentó resistirse, pero la música terminó por seducir a su razón para dominar su espíritu

Temió perderse en tritonos diabólicos y atonías abominables. Intentó resistirse, pero la música terminó por seducir a su razón para dominar su espíritu

En el jardín de su casa en Coyoacán, en el que a veces reposaban un capote de toreo, una pelota y un bat de beisbol, ocurre el retrato de Salvador Elizondo que pintó Teresa Morán para El Colegio Nacional.

Enzesberger parece mantenerse como un observador irónico de los otros y de sí mismo, como un narrador del devenir consuertudinario que acaso queda en evidencia
En un rincón de la obra, aledaño al piano, puede descubrirse algo de la partitura de Cage, la obra de Mario Lavista que en complicidad con Arnaldo Coen convirtieron asimismo en arte visual

Javier García Diego no elude intimidades que puedan inducir a comprender el temperamento y el devenir de la biografía de Reyes
Marruz y Eliseo Diego no ha dejado de de parar algo inverosímil, una sorpresa, un asombro, una fascinación, una felicidad
Arnaldo Coen no ha dejado de guiar sus intuiciones, sus ideas, sus obsesiones por la geometría
Desde el 7 de septiembre de 1943, desde el número uno del semanario Torerías (...) y hasta el número 58 (...) Pepe Faroles publicó crónicas taurinas cada martes
A Ximena Pérez Grobet le fue dado un ejemplar de una edición legendaria de ese libro mítico: la de Faber & and Faber de 1965 que recrea la primera edición
Se trataba de una pequeña revista con lomo, de libros inverosímiles de medicina doméstica, historias ejemplares al uso, filosofía de peluquería, de sobres que contenían la “llave al éxito”