Ambriz tuvo una ruta de madurez evidente en la Liga MX: Puebla, San Luis, el gran fracaso con Chivas, sus formas en América, más de 100 partidos dirigidos en Querétaro y el colofón, León, al que hizo jugar estupendamente, equipo que después de Gustavo Matosas nunca encontró soluciones, hasta que llegó Ambriz, y dicho con todas sus letras, no hay comparación entre el León y el Huesca