Después del movimiento Delahuertista en contra de Obregón y Calles, Adolfo Huerta vivió exiliado por más de 10 años en Estados Unidos. Sin un centavo en el bolsillo, encontró sustento dando clases de canto en Hollywood con un éxito sin precedentes. Aquí la segunda y última parte de la vida de Adolfo De la Huerta. Texto: Montserrat Callejas

Adolfo de la Huerta fue presidente interino en 1920, tras la muerte de Carranza. Además de sus capacidades como contador y político, tenía una afición poco común entre los mandatarios de México. Desde niño ya se le reconocía su talento artístico, años más tarde, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles también lo escucharían. Texto: Montserrat Callejas.