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Mil 463 amaneceres después, la daga todavía lastima el corazón de Guillermo Ochoa. El guardameta de la Selección Nacional no ha olvidado aquella calurosa y funesta tarde en Fortaleza, cuando Holanda —con polémica arbitral incluida— le arrebató al Tricolor el boleto a los cuartos de final en Brasil 2014.

Lo que explica su ilusión de cara al duelo de mañana contra Brasil. De nueva cuenta, será el guardián del arco Tricolor durante el choque en el que se buscará llegar al quinto partido en un Mundial... Y no quiere volver a abandonar la cancha con el corazón exprimido.

“Cuando terminó el Mundial de Brasil, mi objetivo e intención eran tener revancha de ese torneo y ahora estamos acá”, comparte el tapatío. “Siempre quise estar en Rusia, jugando, y lograr algo que esta Selección no ha conseguido.

“Hemos trabajado mucho, ha habido momentos malos y buenos, pero este grupo lo merece, por la calidad que tiene. Ahora toca demostrarlo en la cancha y me siento en buena forma”.

Para muestra, su destacada actuación en la Liga de Bélgica. Fue campeón de Copa y obtuvo el boleto a la Champions League, positiva inercia que anhela alargar en la XXI Copa del Mundo.

Lo que hoy le permite sentirse en una mejor versión que la de Brasil: “Con el paso del tiempo, siempre vas ganando experiencia. Tienes más cancha, cosas que te hacen más fuerte en lo mental y futbolístico, pero lo que importa es que seamos fuertes en grupo”.

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