El filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman fue el promotor y precursor del concepto de “Modernidad líquida” este es conocido como el estado actual en que vive nuestra sociedad. A lo largo de la historia, las instituciones, así como estructuras sociales, habían sido incuestionables y por ende inmutables; sin embargo, en la actualidad vivimos en una modernidad líquida debido a que se generan cambios constantes, ya no en esa solidez del pasado.

Bajo estos conceptos se ejemplifica lo sólido como tal; sólido, fuerte, difícil de moldear, solamente entrará donde dé la forma y lo líquido es algo cambiante constantemente. Desde sistemas económicos, Estados Nación y sus instituciones, empresas, relaciones laborales, relaciones de amistad, relaciones de pareja, en esta modernidad líquida que Bauman nos describe, hay una inconsistencia en toda relación humana, en los diferentes ámbitos de la vida.

El mismo autor en sus obras nos ejemplifica, que antes las personas aspiraban a estar en un solo trabajo, y ahí jubilarse, ahora es mal visto durar más de 5 años en un mismo empleo. El consumismo nos lleva a tener la idea; que cosas, se usan solo por un tiempo para después renovarlas o simplemente desecharlas.

Lo más interesante de este análisis es que conlleva al ser humano a una existencia también líquida, llena de incertidumbre en todos los aspectos, lo que nos trae problemas existenciales tremendos debido a que no hay cimientos sólidos donde pararnos. Las relaciones humanas son mucho más frágiles, debido a esa búsqueda de tratar de vivir en libertad y sin ataduras, por eso es que hay más parejas viviendo en unión libre que matrimonios, ya pocas personas piensan en un “para siempre”, y si nosotros lo queremos así, nos sentimos bien, pero la naturaleza del ser humano es crear lazos, y cuando no existen estos lazos, nos sentimos vulnerables, porque sabemos que las cosas no están proyectadas para siempre, por que es lo que se vive, entonces es cuando llegamos a esas crisis existenciales.

Más que catalogar como bueno o malo todo esto, es importante simplemente entender que existe, y es lo que la realidad nos invita a tomar y tener como forma de vida, está en nosotros el tratar de buscar la solidez por lo menos en las cosas que está en nosotros controlar, que en realidad son muy pocas, pero las que sean, pocas o muchas, tratar de tener en ellas esa solidez que la vida o el sistema no nos ofrece.

Hablando precisamente de la forma liquida de la vida, Bruce Lee nos decía: “No te establezcas en una forma, adáptala y construye la tuya propia, y déjala crecer, sé como el agua. Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza se convierte en la taza, si pones agua en una botella se convierte en la botella, si la pones en una tetera se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede aplastar. Sé como el agua, amigo, el agua que corre nunca se estanca; así es que hay que seguir fluyendo”.

Siempre insisto que más que catalogar las cosas como buenas o malas, es mejor analizarlas y sacar el mejor provecho de ellas para nosotros, si la “modernidad es líquida”, y con ellas las relaciones en todos sus sentidos, entonces encontremos moldes que nos agraden y convirtámonos en ellos, un molde firme de amor sincero y tomemos esa forma; un molde sólido, de algún amigo o amor franco y fluyamos con eso.

No nos tiene que dar miedo ni la solidez, ni la liquidez, que la vida misma nos presenta, por la realidad en la que vivimos, es por eso que tratemos de obtener provecho de esta realidad y encontremos lo que a nosotros nos hace sentir bien. ¿Qué vida tienes? ¿Qué vida quieres?

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