A últimas fechas, hemos tenido noticia de los nombramientos de algunas mujeres en posiciones de primer nivel, tanto dentro de sus países, como en organismos internacionales. Hechos que resultan alentadores, que nos muestran que el cambio hacia la plena igualdad es posible y se comienza a dar.

Por vez primera, la Corte Suprema de la República de Chile es presidida por una mujer. Se trata de la ministra Andrea Muñoz Sánchez, quien el pasado martes fue electa por el Pleno de esa Corte. Una juzgadora de reconocida trayectoria jurisdiccional, que ha mantenido una lucha permanente por la paridad de género en los órganos de impartición de justicia de su país y en la región iberoamericana.

El lunes de esta semana, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala se convirtió en la primera mujer y la primera africana al frente de la Organización Mundial del Comercio. Esta economista ha trabajado a lo largo de 25 años en el Banco Mundial, del que fue Directora gerente, y en dos ocasiones fue Ministra de Finanzas en su país natal.

Ese mismo día, la jueza estadounidense Joan Donoghue fue elegida por sus compañeros, presidenta de la Corte Internacional de Justicia, convirtiéndose en la segunda mujer en la historia en obtener este cargo.

Kamala Harris, el 20 de enero de este año, prestó juramento como vicepresidenta de los Estados Unidos, siendo así la primera mujer, la primera afroestadounidense y la primera estadounidense surasiática en ser elegida para ocupar este encargo. Asume la vicepresidencia después de una larga trayectoria en el servicio público, en el que se desempeñó, entre otros, como fiscal general de la ciudad de San Francisco, California, fiscal general de ese Estado, y senadora. En diversas entrevistas ha recordado las palabras de su madre: “Kamala, tú puedes ser la primera en hacer muchas cosas, pero asegúrate de que no seas la última”.

La estadounidense Janet Yellen, que en 2014 hizo historia al ser la primera mujer –y hasta ahora la única– al frente de la Reserva Federal de Estados Unidos, el banco central más importante del mundo, recientemente fue nombrada por el presidente Joe Biden como secretaria del Tesoro, puesto que hasta ahora siempre había estado en manos de hombres.

La francesa Christine Lagarde, que en 2011 se convirtió en la primera mujer en encabezar el Fondo Monetario Internacional (FMI), a partir del 1 de noviembre de 2019, es también la primera mujer en ocupar la presidencia del Banco Central Europeo. Después de que Lagarde dejara su cargo en el FMI, otra mujer fue designada, la búlgara Kristalina Georgieva, lo que significa que en los últimos tiempos, este organismo ha sido dirigido por dos mujeres, en forma consecutiva.

En esa misma fecha, Ursula von der Leyen tomó posesión como presidenta de la Comisión Europea, la primera mujer que el Parlamento Europeo designa en esta posición.

Desde 2008, la mexicana Alicia Bárcena funge como Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la primera mujer designada para ejercer este encargo.

A esta lista pudiéramos añadir los nombres de más de una veintena de mujeres en el mundo, que actualmente dirigen los destinos de una nación.

En nuestro país, la doctora Olga Sánchez Cordero se convirtió en la primera mujer en ocupar la titularidad de la Secretaría de Gobernación.

Y, en otro hecho sin precedente, en breve, la abogada Claudia de Buen Unna, tomará posesión como Presidenta de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados.

Si el siglo XX estuvo dominado por las luchas feministas en todo el orbe, revelando que la desigualdad de género es transversal a todas las sociedades, el XXI pudiera ser –como algunos lo han aventurado– el siglo de la mujer, aunque quizá preferiría hablar del siglo de la igualdad. Tardamos, pero llegamos.

Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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