La presidenta Claudia Sheinbaum tiene razón: recibió una maldita deuda, con excesivo pago de intereses. Y aunque culpó a los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto del déficit, omitió mencionar que su querido antecesor, Andrés Manuel López Obrador, es también responsable del embate económico que vive el país.
Incluso, prefirió no reconocer que ella misma está abonando a la gran deuda pública. En el Paquete Económico 2026, el costo total de la deuda es de 52.3 por ciento del PIB, con costo financiero de 1.5 billones, incluyendo la deuda de paraestatales y apoyo financiero a Pemex. Esto supera los recursos destinados a salud y educación juntos.
Todos los gobiernos anteriores a Morena llevaron la deuda a 10.4 billones de pesos. El gobierno de López Obrador y el actual están duplicando prácticamente la deuda en tan solo siete años, la cual ascenderá a 20.2 billones de pesos en 2026.

Los números no mienten. En 2018, cada mexicano debía 83 mil pesos y en 2026 deberá 153 mil pesos. Esto representa más del 85% de incremento. Una deuda maldita de la que no quieren hablar en Palacio Nacional.
¿Por qué se duplicó la deuda? El primer gobierno morenista tuvo un deficiente crecimiento económico de menos del uno por ciento. Además de malutilizar el gasto público, usó los ahorros de fideicomisos y se endeudó para construir proyectos que no generan crecimiento económico para el país, como la refinería Dos Bocas y el Tren Maya.
Pudo más la necedad de construir los caprichos presidenciales que la premisa económica de invertir en proyectos que generen crecimiento económico a fin de aumentar la recaudación de impuestos y tener la capacidad de pagar esa deuda.
Todos los mexicanos pagaremos, de una u otra manera, la ineficiencia de las medidas de endeudamiento. No sólo con recortes a los sectores de seguridad, educación, salud o servicios públicos de mala calidad, sino que el tamaño de la deuda es tal y el capital es tan limitado, que los intereses de préstamos, tarjetas de crédito e hipotecas se incrementarían.
Estamos lejos de que haya un cambio en la política fiscal en nuestro país. Esta administración, al igual que la anterior, basa su paquete económico en ingresos optimistas y un gasto cada vez más rígido. El 75 por ciento está destinado a pensiones, deuda y transferencias. Pareciera que el presupuesto lo sigue asignando Andrés Manuel López Obrador.
La presidenta Sheinbaum tiene la oportunidad de impulsar el crecimiento económico y tomar medidas para consolidar las finanzas públicas. De no hacerlo, la herencia maldita que la primera mandataria dejaría a la siguiente administración podría ser poner en riesgo la entrega de programas sociales.
Comentario final
La presidenta Sheinbaum sigue presumiendo que la cuestionada refinería Dos Bocas opera ya al 100%. Si es así, la pregunta es obligada: ¿por qué no ha caído la importación de gasolinas? De acuerdo con las exportaciones de la Administración de Información Energética, éstas no han variado.
El cuento que nos vendieron era que en el momento en que estuviera operando Dos Bocas dejaríamos de comprar gasolina a Estados Unidos.
Ciudadana. @XochitlGalvez