Irma Hernández, taxista de 62 años, fue secuestrada frente al sitio en el que trabajaba en Álamo Temapache, Veracruz. Diez hombres encapuchados y armados con metralletas la obligaron a grabar un video de rodillas. En él suplicaba a sus compañeros pagar las extorsiones a la mafia que gobierna el norte del estado.

El doloroso video de 24 segundos se hizo viral a nivel nacional. Medios de comunicación comenzaron a subir información y a buscar detalles del secuestro. En unas horas, las lamentables imágenes causaron indignación colectiva.

No era para menos, la mayoría de las personas se preguntaban: ¿qué daño pudo haber cometido una mujer emprendedora que después de jubilarse, manejaba su taxi para llevar un ingreso adicional a casa? ¿Qué delito cometió Irma? Que como muchos mexicanos, buscaba completar el gasto familiar. ¿Cuántos casos de extorsión se viven todos los días, sin que exista un video o fotografía que sirva de evidencia para difundir el crimen?

¿Cómo reaccionó la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, ante tanta violencia y tanta indignación?

En su conferencia de prensa semanal, anunció que durante el fin de semana se registró diariamente un solo homicidio doloso. “Uno”, repitió, tratando de empequeñecer la situación de inseguridad que se vive en el estado que gobierna.

La mandataria estatal obró del mismo modo con la muerte de la maestra retirada Irma Hernández. Aunque dijo que le correspondía a la fiscalía dar detalles, Nahle adelantó que su muerte fue ocasionada por un infarto “les guste o no”, como si con ello desapareciera la desgarradora escena de violencia que sufrió la profesora a manos de un grupo criminal.

Como si morir de un infarto en un secuestro fuera responsabilidad de la víctima por no atender su salud, descuidar su alimentación y no saber manejar su estrés en un momento de vida o muerte.

La indignación colectiva incomodó a la gobernadora. En su conferencia se mostró soberbia. Aseguró que es de miserables estar lucrando con una tragedia tan fuerte y llevar el caso a niveles de escándalo. Contrario a ver una gobernante consternada por la tragedia, llamó generadores de odio a quienes la cuestionaron y aclaró que ella actuará con altura política y ética.

¿Qué esperaba Nahle, que los mexicanos permaneciéramos indiferentes ante un acto tan deleznable? ¿Que no nos escandalizáramos por la dolorosa situación?

Se equivoca la gobernadora. Ella no es la víctima. La víctima llevó por nombre Irma Hernández Cruz. Lo que sí es miserable es actuar con insensibilidad y negligencia sin asumir la responsabilidad de la crisis de seguridad en Veracruz.

Miserable es que intenten engañarnos con una dieta de mentiras para minimizar los actos atroces que se viven en las calles. Miserable es no cumplir con su responsabilidad constitucional de gobernar. Miserable es que con su actitud intente insultar la inteligencia de los mexicanos.

Comentario Final

Magnífico que la presidenta Sheinbaum quiera instruir a Javier El ChícharitoHernández sobre equidad de género, lástima que no levantó la voz cuando sus compañeros de partido, Cuauhtémoc Blanco y Félix Salgado Macedonio, fueron acusados de violentar a mujeres.

Las declaraciones del futbolista fueron machistas, sexistas y misóginas; mientras que los casos de los cuatroteístas son conductas criminales de orden sexual en contra de mujeres. Entre palabras y hechos está la gravedad.

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