Nunca he reparado en reconocer aciertos. No importa si se tratan de logros del oficialismo. La disminución del porcentaje de mexicanos en situación de pobreza, de acuerdo con el resultado de la Medición de la Pobreza Multidimensional del Inegi, representa una buena noticia para el país y los mexicanos.
No hay que escatimar el resultado positivo: la pobreza bajó de 41.9 por ciento en 2018 a 29.6 por ciento en 2024, mientras que la pobreza extrema pasó de siete a 5.3 por ciento.
Después de celebrar estos índices por un par de días, la presidenta Claudia Sheinbaum se ha visto molesta en sus conferencias. Acusó a algunos medios de comunicación de no reconocer este logro que, aseguró, es producto de los esfuerzos y políticas públicas de la cuarta transformación.
Sin embargo, debe haber coherencia en Palacio Nacional. Así como la Presidenta pide una valoración positiva para los gobiernos morenistas, ella también debería extender un reconocimiento al sector empresarial en todos sus niveles porque, en tiempos complicados, aumentó el salario mínimo, se acopló a nuevas reglas y siguió generando empleos formales. Recordemos que entre el 65 y 70 por ciento de los ingresos de los mexicanos proviene de su trabajo.
Por ejemplo, de acuerdo con los resultados preliminares del análisis de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, por cada 10% de aumento real del salario mínimo, la tasa de pobreza se redujo en 0.52 puntos porcentuales.
No olvidemos que la Coparmex se pronunció durante años por aumentar el salario mínimo y gobiernos del pasado lo ignoraron.
Este aumento al salario ha contribuido a que los ingresos laborales de los mexicanos aumenten, aunado, también, a la generación de empleos informales. Por ejemplo, de acuerdo con Gonzalo Hernández Licona, extitular de Coneval, de 2018 a 2024, se crearon 6.2 millones de empleos, de los cuales 32% carecen de seguridad social. Incluso, este año los patrones afiliados al IMSS registraron una contracción de menos 2.9%.
La generación de empleos formales con plenos derechos para los trabajadores es decisiva para impulsar la agenda de prosperidad de un país, y no debemos perder de vista que sin crecimiento económico, los índices de disminución en la pobreza no podrán mantenerse.
El reto que se tiene no es fácil. El gobierno federal debe impulsar ese crecimiento, debe ofrecer garantías para la creación de empleos. Políticas fiscales atractivas, en donde pequeñas y medianas empresas no sean tratadas al igual que grandes compañías; Estado de Derecho, donde se respete la ley a pesar de tener una Corte a modo; seguridad pública, para combatir la extorsión en todos sus niveles; infraestructura en carreteras y cruces fronterizos, así como energía suficiente.
El crecimiento económico es la clave. Estoy convencida de que además de los programas sociales, el empleo bien remunerado es la mejor manera de mejorar las condiciones de vida de las familias mexicanas.
Comentario final
Y hablando de disminución en la pobreza, ¡vaya cena que se aventó el secretario de Organización de Morena en Japón!
Hace unas semanas, “Andy” López Beltrán justificó que únicamente pagó 7 mil 500 pesos por noche al hospedarse en un lujoso hotel de Tokio. Sin embargo, hace unos días se hizo pública una factura en la que pagó la cantidad de 47 mil pesos por una cena para dos personas. ¿Escribirá nuevamente una carta donde diga estar convencido de que se debe vivir en la justa medianía?
Ciudadana






