El documento Tren Maya Análisis costo beneficio. Versión pública, elaborado por la empresa internacional PriceWaterhouseCoopers, quien mediante una adjudicación directa federal recibió 32 millones de pesos para “Asesoría económico-financiera para la estructuración del Tren Maya” (Compranet, 2020), además de indicar que el “Proyecto denominado Tren Maya” es rentable a partir del Valor Presente Neto y de la Tasa Interna de Retorno social, señala una serie de riesgos que son de suma importancia y complejidad.

De acuerdo con el documento público, “los riesgos del Proyecto, son entre otros, los siguientes: 1. Gerencia del proyecto deficiente; 2. Falta de liberación de derecho de vía; 3. Errores y omisiones de diseño; 4. Insolvencia de los licitantes; 5. Riesgo geológico; 6. Riesgo de errores en la ejecución; 7. Riesgo arqueológico; 8. Disponibilidad limitada de insumos; 9. Riesgo de interfase; 10. Riesgo de demanda; 11. Invasiones al derecho de vía” (FONATUR, 2020).

De estos riesgos resalta el de liberación del derecho de vía al “no poder adquirir la propiedad de los terrenos de acuerdo con un programa previamente definido… además de correr el riesgo de que los precios de terrenos se incrementen” (FONATUR, 2020). A esto se agregan otros dos riesgos, el relacionado con la aparición de fallas geológicas que no hayan sido identificadas y el “de llevar a cabo salvamentos de sitios arqueológicos que originalmente no fueron programados” (FONATUR, 2020). Recordemos que existen “3 024 sitios arqueológicos inscritos en el Registro Público dentro de las áreas de influencia del Tren Maya” (Sánchez Nava, 2019).

En cuanto al riesgo de interfase, se indica que hay “riesgo de que surjan incompatibilidades entre los diferentes componentes del Proyecto y/o disputas entre los diferentes constructores, mantenedores y operadores” (FONATUR, 2020). La pregunta es, qué tipo de incompatibilidades y disputas se vislumbran. Esto no lo especifica el documento público. Pero entre los riesgos, llama mucho la atención que es posible “que la demanda proyectada (carga y pasajeros) sea menor a la real y por ello no se alcance los beneficios socioeconómicos esperados” (FONATUR, 2020). Esto cambiaría la rentabilidad esperada del proyecto.

Sin embargo, desde una perspectiva gubernamental, el proyecto sólo traerá grandes beneficios a la población del sureste. Pareciera que por arte de magia todos los problemas generados a lo largo de siglos (desde el inicio de la colonización y del régimen de acumulación capitalista) desaparecerán y se solucionarán. Todo es positivo, y absolutamente nada negativo. Ésta fue una de las observaciones que realizó la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), quien invitada como observadora del proceso de consulta sobre el Proyecto de desarrollo Tren Maya, señaló al gobierno federal que “sólo hacían referencia a los posibles beneficios del proyecto y no a los impactos negativos que pudiera ocasionar” (ONU-DH, 2010); y abundó que “durante las sesiones observadas, en diversas ocasiones las personas participantes preguntaron sobre dichos impactos sin obtener una respuesta clara y completa” (ONU-DH, 2019). No obstante esta circunstancia, indicó el organismo, “desde las autoridades se avanzó a la etapa consultiva del proceso” (ONU-DH, 2019). Pero esto no fue lo único que cuestionó de la consulta, existen otros elementos de gran preocupación que se suman a los posibles riesgos. La gran interrogante es qué hará el gobierno federal frente a esto, lo atenderá y tomará en cuenta, considerando que viene del propio análisis costo beneficio y de la ONU-DH. Por cierto, parte de estas observaciones y riesgos, ya han sido señaladas por algunos científicos, investigadores, académicos y organizaciones sociales que han levantado la voz.


Profesora investigadora de la UAM X

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