Tras casi un mes de mi llegada a suelo alemán, me siento a escribir estas líneas acerca de un club que me ha llamado sumamente la atención: el

. Es cierto, no es uno de los clubes más conocidos internacionalmente, no es referente para los mexicanos, como sí suenan el Bayern Munich , el Borussia Dortmund o incluso el Hertha Berlin , que es el rival directo. Y es que, el “ Unión ”, en la temporada 2018-19 hizo historia, ya que ascendió por primera vez a la Bundesliga , cosa que no sucedía desde su fundación, en 1906.

Es un equipo “joven” en la máxima categoría germana. ¿Por qué me atrae? A pesar de tener equipos a los que sigo fervientemente, quise buscar algún club que me entusiasmara. Lo fácil serían esos grandes nombres conocidos, pero seguí la recomendación de un buen amigo, sobre apoyar a un equipo de la ciudad, para así vivir el día con día del club, lo cual sería mejor. Y la elección para mí fue obvia. Es ese equipo que viste de rojo y tiene un logo “muy retro”.

Lo que me llamó la atención es su cultura. Ha vivido transformaciones fuertes debido a que, tras la Segunda Guerra Mundial , quedó situado en el lado este de Berlín , el soviético y —por años— se tuvo que conformar con competir (y perder) contra el equipo del estado. El club tiene su origen en los trabajadores metalúrgicos locales y ha mantenido esa esencia de ser de la gente y, en su afición, encuentra uno de esos grandes motores.

Los Iron Ones , como se hacen llamar, tuvieron que acudir a la petición de su club en 2004, porque estaba en bancarrota y —para evitar perder la licencia y no poder competir— los fans se organizaron para participar en una campaña de donación de sangre, ya que en Alemania se paga por realizarlas. Así que, literalmente, los aficionados sangraron por su equipo, y el dinero recaudado sirvió para poder mantenerlo en el campo.

Otra gran historia de su afición tiene que ver con las adecuaciones al estadio Alten Försterei , que necesitaba una manita de gato y nuevamente los fans entraron a ayudar. Todos aquellos que contaban con habilidades y oficios que pudieran servir, participaron, y de esta forma han sido parte de la construcción, literal nuevamente, de su casa. Y no sólo eso. En Navidad se juntan en el estadio a cantar villancicos.

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Es muy complicado conseguir boletos para asistir a los partidos de local y, por si fuera poco, han sabido aprovechar los ingresos derivados de su estancia en la Bundesliga , porque han ido mejorando su infraestructura, los equipos juveniles y —obviamente— el femenil. Y para hacer el cuento mejor, este fin de semana jugaron contra el RB Leipzig en la semifinal de la Copa Alemana .

El “ Unión ” se fue al descanso con marcador a favor 0-1, pero como las grandes historias deportivas también se forjan en la derrota, el Leipzig le dio la vuelta, para ganar 2-1 con gol de último minuto. Ya saben a cuál equipo le voy en Alemania .

@vic

 
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