Las pasadas elecciones en Alemania donde gobierna la reina sin corona, Angela Merkel, arrojaron un resultado inesperado, puesto que el Partido Social Demócrata sorprendió al superar al partido de Merkel, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) cuyo candidato a gobernar dicha potencia fue Armin Laschet.

Estas elecciones tienen muchas enseñanzas y mensajes en varios niveles y aspectos, siendo el más relevante el que no siempre una gestión exitosa y la aprobación ciudadana del partido en el gobierno tienen los mismos efectos con el candidato sucesor.

En el caso de Alemania, el candidato Armin Laschet no pudo lograr la aprobación de la mayoría del electorado, a pesar de que tenía como activo el legado de la administración de Merkel, que a lo largo de su gobierno dio resultados muy positivos para los alemanes.

Este aprendizaje puede trasladarse a cualquier proceso electoral, como en el caso de México donde se llevarán las elecciones presidenciales en el 2024.

Las lecciones de las elecciones en Alemania deben de estar presentes en los analistas de los partidos políticos y en los candidatos que contiendan en la batalla más relevante del sistema político mexicano, ya que estará en juego la continuidad o la caída de la 4T.

Así los eventos de esta semana, donde los posibles candidatos a la presidencia del 2024 tuvieron mucho movimiento. El propio presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a señalar a su ungida Claudia Sheinbaum, según la lectura periodística, durante la inauguración de sucursales del Banco de Bienestar.

Mientras ello sucedía, el nuevo Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, comparecía en el Senado de la República por la glosa del 3er Informe de Gobierno, en la cual mostró su gran experiencia y destreza política; en términos taurinos, se diría que salió “casi en hombros”.

Por ello, el nuevo Secretario de Gobernación ha puesto nervioso a más de un posible precandidato en la propia 4T o de la oposición, por hacer patente su habilidad política de conciliación y librar confrontaciones con la oposición.

No solo el caso alemán es aplicable en el ámbito federal sino también en lo local o estatal.

El retiro de Merkel tras 16 años en el cargo de Canciller de su partido Unión Demócrata Cristiana (CDU) con el bloque (CDU-CSU) encabezado por Armin Laschet se quedó con el 24.1% de votos, siendo el peor resultado que haya obtenido en unas Legislativas donde nunca habían bajado del 30%. El Partido Social Demócrata (SPD) fue el más votado con el 25.7%.

Es así como el caso de la sucesión de Merkel deja la siguiente reflexión: no siempre el candidato de un líder político hereda todo su capital para ganar al electorado o convencer a los ciudadanos que a final de cuentas son los que dan las lecciones.

Abogado y activista, maestro en Ciencias Penales. @UlrichRichterM

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