Ulises Lara López

Ausencias voluntarias y desapariciones

Ulises Lara López
14/10/2025 |01:14
Ulises Lara
Autor de OpiniónVer perfil

Salió de casa a primera hora de la mañana, cambió de número y tomó rumbo lejos, dejando atrás deudas, conflictos y preocupaciones. Sin dejar notas y sin dejar rastro, sus amigas y familia notaron su ausencia esa misma tarde, entonces comenzaron por llamar al 911 y reportarla como desaparecida. Se conocen como ausencias voluntarias y forman una parte importante del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), un sistema vivo que integra datos de personas no localizadas a partir de denuncias presentadas en las fiscalías y comisiones de búsqueda del país.





Una ausencia voluntaria no es y nunca será un delito, pero tampoco se debe presuponer esta situación al inicio de una búsqueda, pues se trata de una categoría formal y jurídica que exige tres condiciones: identidad, integridad y voluntad.

Toda ausencia importa, es una máxima y no es negociable. Entonces, ante una denuncia de desaparición, todos los esfuerzos de seguridad, justicia, salud, transporte y telecomunicaciones deben activarse y mantener una coordinación constante, porque la prioridad siempre debe ser la de proteger la vida. Además, con toda búsqueda, también se debe ofrecer a familiares y amigos el acceso a información puntual y constante sobre el estatus de la persona desaparecida, de la misma manera que ellos están obligados a ofrecer cualquier elemento e indicio que contribuya a la localización; todo lo anterior en un ambiente de estricta confidencialidad y apego a la protección de los derechos humanos.

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La politización de las cifras de personas desaparecidas, así como el uso incorrecto de los canales creados para vincular a los amigos y familiares con las autoridades, representan hoy un gran contrapeso que lejos de contribuir a la localización, obstaculiza los trabajos de búsqueda, ocasionando retrasos que pueden ser muy valiosos e incluso definitorios para el resultado final de cada caso, entonces corresponde a los medios la muy importante labor de dar la cobertura sin caer en el uso político de un hecho tan sensible como es una desaparición.

Las ausencias voluntarias son de todos los géneros y edades además de diversas motivaciones, entre las más frecuentes están las relacionadas con violencia familiar, adicciones, depresión y problemas económicos e incluso conflictos que orillan a la necesidad del anonimato mediante la ausencia. Entonces, la respuesta institucional debe incluir prevención con políticas públicas dirigidas a fomentar el diálogo en la solución de conflictos familiares, con uso de metodologías desarrolladas por profesionales en psicología, trabajo social y antropología que auxilien en temas de adicciones, salud mental, tradiciones patriarcales, violencia de género, entre otros en apoyo a los diferentes tipos de familias. Cada caso de ausencia voluntaria no se cierra con la localización y obtención de la “prueba de vida”, más bien ahí debe comenzar otro proceso, en este caso de “acompañamiento” a la persona localizada.

En este contexto, dejar el hogar por voluntad no siempre representa una experiencia agradable y en especial cuando se trata de menores de edad, mujeres y personas LGBTQ+, la voluntariedad debe ser un resultado que exige pruebas. Del lado de las familias o los que se quedan, también hay un enorme trabajo para devolver la calma y ayudar a trabajar con la pérdida de la persona ausente, ya que de otro modo pueden quedar atrapados en conflictivas arraigadas o una especie de duelo permanente, volviendo crónico un daño que comenzó siendo agudo.

Hablar de ausencias voluntarias no es minimizar las desapariciones. En todo caso, representa un mecanismo para priorizar la investigación y los esfuerzos en aquellos casos en los que hay indicios penales. También es fundamental mejorar nuestros datos de cierre para no solo diferenciar a las personas localizadas con vida de aquellas sin vida y aquellas no localizadas, sino también llevar registros que ayuden a conocer por qué se cerró cada caso (reunificación, reunificación voluntaria con no contacto, refugio por violencia, urgencia médica, investigación penal en curso). Desagregación que permitirá a periodistas, familias y autoridades conocer las proporciones reales de las desapariciones, diseñar mecanismos de prevención y segmentar con mayor claridad a las ausencias voluntarias de las desapariciones que involucran un delito. Un cambio técnico que ayuda a generar menos ruido y más información útil para salvar vidas y para respetar decisiones adultas.

Académico y especialista en políticas públicas en materia de administración de justicia y paz

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