Hay asignaturas que no aparecen en los programas académicos de ninguna profesión, tareas imprescindibles que resultan vitales en la gestión empresarial, liderazgo holístico que aparece en la adversidad: cómo eliminar el temor.

Una pandemia genera un alto riesgo porque dispara temores de supervivencia, aislamiento, fracaso, la pérdida de influencia, pero sobre un cambio abrupto y repentino que dispara incertidumbre, va en contra de quienes reciben tal cambio, su irrupción no permite la familiarización y existe la convicción de que las cosas serán peores.

Toda la información pasa primero por el sistema límbico y la amígdala, que es la zona que controla nuestras emociones, y luego por el neocórtex, donde se da el razonamiento. Esto significa que antes de pensar, sentimos. Y cuando nuestros sentimientos están capturados por amenazas y temores, la información llega distorsionada y la capacidad de razonar se ve disminuida.

No sólo eso: el temor incide en áreas cruciales de la vida personal y corporativa. Si no se logra “borrar” el temor las consecuencias pueden tener costos muy altos en la viabilidad empresarial y social.

Se pierde el talento

. Los temores anulan la motivación y la capacidad de reflexión. El talento y la innovación, por el contrario, se dan en ambientes de libertad, donde el error es aceptado, donde se cree en las personas y se las motiva a superar sus propios límites.

Nula transformación

. Los temores inhiben la capacidad de reinventarse y transformarse.

Impide la creatividad

e innovación que sólo surge del trabajo libre y la interacción en un entorno físico y emocional adecuado.

Reduce significativamente la calidad de vida y la felicidad

. El estrés y la tristeza parecen ser el precio de nuestros miedos y la muestra irrefutable la da el hecho de que dos de los tres medicamentos más vendidos en el mundo sean los antiulcerosos y los antidepresivos.

Un estudio sobre el estilo de dirección en las 60 organizaciones punteras en Estados Unidos se encontró que las que tenían directores generales que inspiran respeto, lealtad e incluso cariño, más que miedo, incrementaron sus resultados en un 758% en los últimos diez años, frente al 128% de aumento en las principales 500 empresas de ese país.

No sólo eso, el mayor compromiso y entrega emerge después de una gran crisis. Tendemos a valorar a quienes nos ayudaron en los momentos difíciles. Esto representa una oportunidad para generar un liderazgo holístico.

Entre las principales propuestas para paliar el miedo en las organizaciones están éstas:

1-

Proyecto de empresa. Traducir los valores empresariales en actuación cotidiana. Buscar que la mística empresarial sea una realidad.

2-

Poder y autoridad canalizados al servicio de la empresa. Al descentralizar el poder y otorgar cierto margen de decisiones aumenta la productividad y el compromiso de cada colaborador.

3-

Metas comunes. Comprometer a todos los colaboradores con un proyecto común, permite que la experiencia profesional genere sentido y no solamente dinero. A los líderes les corresponde crear estas ilusiones.

4-

Valentía. Los líderes deben ser valientes, porque sus miedos se pueden proyectar fácilmente en los resultados del equipo y de la empresa. Antes de lidiar con los temores de sus subalternos, el líder debe luchar contra los suyos propios.

5-

Sistemas de dirección coherentes. Impulsar actitudes y actuaciones respetuosas con las emociones del otro.

6-

Comunicación. La comunicación acorta las distancias, reduce los costes y permite democratizar las empresas, pero para ello hay que saber utilizarla y ponerla al servicio de todos los que la integran.

Ahora, el desafío para desterrar el miedo está en la transparencia y el flujo continuo de información. El líder en épocas de pandemia debe ser un excelente comunicador.

Rector del Colegio Jurista

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