Preservar valores y garantizar la humanización en acciones y percepciones es tarea fundamental de la educación. Pero también dotar a los futuros profesionistas de herramientas para sobrevivir, como la capacidad de replantear el modelo comercial y generar estrategias de qué vender, a quién y cómo.

Se refiere a conocimientos para redefinir nuestro portafolio de productos y servicios. Detectar si es válido lo que vendíamos antes, lo que debemos incorporar y eliminar. También generar los conocimientos y estrategias para simplificar su propuesta al mercado, volver más accesibles nuestros productos y servicios, eliminar aspectos no críticos y «fragmentar» los beneficios para ofrecer algunos “aparte” como «extras.

La educación es clave para diseñar nuevos productos, aprovechar las oportunidades en el mercado y lanzar alternativas complementarias en la línea de negocio actual, o generar algo

totalmente nuevo a lo que ofrecía anteriormente.

Incluso, las universidades deben capacitar a sus estudiantes para reconfigurar los servicios que ofrecerán a futuro. ¿Puede volverse más virtual, total o parcialmente, qué herramientas online lograrán hacer procesos más eficientes, que ayudará a prestar un mejor servicio, qué facilitará la vida a sus clientes?

La educación también es esencial para determinar nuestros mercados y cómo venderemos productos y servicios. Es decir, analizar mercados reales y potenciales y las políticas de precio, condiciones de venta y canales de comercialización. Nos permite afrontar el futuro por incierto que éste sea.

Así, será posible analizar si se pueden ampliar las opciones y los niveles de lo que vende, idear opciones menos robustas o generar versiones Premium. También conviene identificar las opciones de descuentos otorgados basados en la generación de mayor volumen, referidos o algo que justifique el otorgar ese beneficio.

Evaluar nuevos canales de comercialización es otro beneficio de la educación. Así será posible plantear si conviene la venta directa o a través de terceros, eliminar o no la intermediación, el crear o fortalecer el comercio electrónico… en sí, la educación se soslaya en la nueva normalidad, pero es fundamental para adaptar las empresas de aquí en adelante.

No sólo eso, es una herramienta fundamental para que cada uno de nosotros logre redefinir su esencia, percibir su unicidad y afrontar cualquier contingencia.

Por ello, aunque los semáforos de acceso a determinadas actividades pongan al final a las escuelas y universidades, debemos recordar que la tarea es la única vacuna para sortear dificultades y crear entornos promisorios en la vida.

Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC)

Google News

TEMAS RELACIONADOS