“A grandes males, grandes remedios” dice un dicho popular. Usualmente se utiliza para justificar medidas extraordinarias que, teóricamente, buscan poner una solución definitiva a problemas muy profundos. Teóricamente digo pues esta aproximación es muy peligrosa pues implica dar un cheque en blanco para cambiar las cosas a su antojo.

En una especie de “todo se vale” o “el fin justifica los medios” los seguidores del Presidente López Obrador aseguran que la desaparición de cientos de fideicomisos se hace para solucionar, de una vez por todas, el gran problema de la corrupción en México.

La desaparición de los fideicomisos será uno de los atracos más grandes en la historia. Decenas de miles de millones de pesos pasarán a las arcas del gobierno federal sin una etiqueta como el fomento a la Ciencia y la Tecnología, el apoyo frente a desastres naturales, la protección a periodistas o el combate al cambio climático. Esto significa que el gobierno podrá usarlas como guste, en lo que guste y lo que más le acomode mientras cientos de proyectos científicos, instituciones, infraestructura y empleos se tiran por el caño bajo el pretexto de la tan llevada y traída lucha contra la corrupción.

Imposible negar que en muchos casos exista corrupción, sin embargo, la solución no es desmantelar por completo el entramado institucional del país. Las “grandes soluciones” suelen traer aparejados aún “más grandes problemas”, sobre todo en este caso que la única solución es la extinción de los fideicomisos, pero no se dice ni una palabra de las reglas que existirán para el manejo de esos fondos que ahora estarán al libre uso del gobierno federal.

Cuando al inicio de la actual administración el gobierno decidió la desaparición por completo de las estancias infantiles, bajo el pretexto de que había corrupción en algunas, se dejó sin cobertura de seguridad social a decenas de miles de familias que dependían de esas estancias para que madres y padres pudieran trabajar. Contra lo que se prometió entonces, nunca se presentó una investigación detallada con las pruebas fehacientes de la supuesta corrupción que empañaba a TODAS las estancias infantiles. El asunto simplemente se terminó prometiendo dádivas en efectivo que no solucionan nada pero que eximen al Estado de su obligación de proporcionar ese servicio de seguridad social a cambio de dádivas que puedan ser intercambiadas por votos.

Hoy, con la desaparición de los fideicomisos, enfrentaremos el mismo problema. La permanencia de instituciones y centros de estudio e investigación como el CIDE, el Colegio de México o incluso el CINVESTAV pende de un hilo. Es escandaloso ver como cada día caen más y más pedazos de un país que nos ha costado tanto trabajo construir. Las instituciones no eran del PRI o del PAN. Instituciones como la Comisión de Atención a Víctimas, que hoy apenas respira con apenas unos centavos de presupuesto, fueron creadas por la presión de los ciudadanos. Los recursos del FONDEN son irremplazables y ahora serán administrados con total discrecionalidad.

Que nadie se engañe, el remedio propuesto nos va a salir más caro que el problema. La centralización falta de transparencia con la que se ha manejado el gobierno actual es una muestra clara de lo que seguirá siendo en los próximos cuatro años.

@solange_

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